II

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Tsukishima Kei.

Con el habitual casi monólogo de Yamaguchi caminamos a la escuela, como cualquier otro persona los lunes no son mi día favorito, el fin de semana me sentí inquieto y tuvimos que ir al doctor, alivio fue lo que sentí cuando la explicación fue clara, lo cambios en alfas suelen ser de distintas magnitudes y lapsos.

Pase el resto del domingo encerrado en mi cuarto escuchando música y leyendo mi nueva adquisición sobre dinosaurios, al menos así logre controlar mi ansiedad.

— Yamaguchi —digo de repente— ¿tuviste algún... no sé cambio o dificultad tras saber tu casta?

Sin mirarlo se que está sorprendido por mi repentina pregunta, me alivio cuando como es costumbre no dice nada al respecto y piensa la respuesta con normalidad.

— Mmm... no mucho, sentí una tranquilidad que resulta confusa —responde al final.

Asiento, después de eso no decimos nada, cuando estamos en el salón por un corto momento solo deseo que las clases pasen rápido para ir al club y me asusto, ¿por qué pensé eso? Sacudo mi cabeza.

...

— Permiso —decimos al unísono.

Tal vez debí irme a mi casa en cuanto las clases concluyeron, es lo primero que pienso al ver la situación dentro del gimnasio. Disimulo mi mirada y aprieto mis labios cuando mi vista se posa sobre el dúo que parece hablar con un aura secreta a su alrededor.

— ¡Basta! —se escucha el grito del menor.

Mi centro de gravedad se mueve en su dirección por lo que parece ser un centímetro ante ese grito, respira, observo la cara sonrojada de ambos.

— Tsk.

— ¿Qué les pasa raritos? —les pregunta Tanaka-san.

Sigo mi rutina, me cambio de ropa y regreso, mi curiosidad pica al ver como el numero 5 ríe a carcajada limpia con la pareja rara, luego se posiciona entre ellos y abraza a cada uno.

— Es normal, no se preocupen por eso ahora —eso no me explica nada ni mucho menos me da buen presentimiento.

¿Qué me pasa?

— Basta —corta el capitán con un aplauso— empecemos a calentar, la tarde será larga.

Con esa promesa en el aire comenzamos, hacemos el habitual circulo en un lado de la cancha y por alguna razón termino a lado del pelinaranja.

Ese aroma de nuevo, cierro mis ojos despejando mi mente ante mis sentidos nublados.

— Bien, ahora estiramientos en pareja —anuncia Daichi-san.

Empiezo ayudando a Yamaguchi en nuestra rutina, cuando es hora de hacer el típico estiramiento de piernas separadas para empujar el torso lo más bajo posible para intentar llegar al suelo mi tortura comienza.

De reojo puedo detallar la figura del más pequeño, observo como sus músculos se tensan y como parecen tener una discusión que muere con una mirada del peliplateado.

— Compórtense —nadie pensaría que con esa mirada Sugawara-san sea un Omega.

Mi respiración flaquea cuando con una sonrisa de autosuficiencia y una mirada cargada de algo que desconozco es dirigida a Kageyama de parte del pelinaranja cuando su pecho esta a nada de tocar el piso, aprieto mis labios y creo que me dejo llevar por algo ya que no controlo mis reacciones.

— Ya —es lo que dice.

Nuestras miradas chocan, mi cuerpo su contrae ante esos ojos llenos de algo que sigo sin comprender, su sonrisa tiembla y cuando le veo relamer sus labios algo en mí interior pide a gritos salir de ahí con ese chico, ese pensamiento me descoloca y por alguna razón el otro igual regresa a la normalidad.

— ¿Tsuki? —dice con su mano en mi hombro, muevo la mano restándole importancia y tomo mi lugar.

¿Qué demonios fue eso? ¿Yo pensé en salir de aquí acompañado de él?

— ¿Hinata? —no mires, no mires.

Los estiramientos concluyen y los partidos comienzan.

...

Mi respiración es errática, el sudor escurre por un costado de mi cara, todo mi cuerpo duele pero debo seguir, me hago hacia atrás para tomar impulso al ver la colocación de Sugawara-san que sin duda será para mí y empiezo a correr y puedo ver como esos dos saltan para bloquearme.

— Ahí viene otra vez —escucho la voz del alto.

Mi brazo se curva para un remate pero termino haciendo una finta, observo sus caras de asombro pero la pelota es salvada y cae, el brazo del capitán no alcanza a salvarla.

— Es divertido ver como fallan siempre —digo para molestar.

— ¿Qué dijiste? —que fácil es hacerlo enojar.

Los partidos continúan, uno tras otros, me uno a la adrenalina que recorre por cada integrante y después de lo que parecen ser unos 2 partidos de 3 set cada uno, termina.

— Kageyama ¿aún puedes seguir, verdad? —pregunta el pequeño— ¡Dame unas colocaciones!

— Sí —chasqueo mi lengua ante la rapidez de esa respuesta.

La puerta se abre cortando cualquier acción, Takeda-sensei aparece y cae, auch. Nos acercamos formando un círculo y varios le cuestionan si se encuentra bien.

— Vamos a ir ¿cierto? —pregunta ignorando todas las preguntas— a Tokio.

— Eso significa... ¡¿Nekoma?!

— Así es pero no solo Nekoma, sino el Grupo Académico Fukudorani —dice y ante la confusión agrega— es un grupo de escuelas de la región de Kanto, al parecer siempre tienen partidos de práctica y gracias al entrenador Nekomata podremos participar

El caos se desata después de eso, no sigo ninguna de las conversaciones me concentro en recuperar el aliento y un poco de raciocinio por la recién noticia.

— Después les daré los detalles —concluye Takeda-sensei saliendo del gimnasio.

— Bien, a limpiar —ordena el entrenador.

—Entrenador —llama— ¿podemos quedarnos otro poco?

— Esta bien pero solo un poco —concede— pasen a dejar las llaves a la tienda y que alguien pase por ellas temprano.

— Yo iré —responde el peliplateado.

Cuando todo esta listo salimos de ahí dejando a esos dos, una parte de mí se rehúsa a dejar el lugar pero me obligo a caminar sin mirar atrás, como de costumbre el equipo pasa por la cena en la tienda de Ukai-san.

...

Me dirijo a mi casa a paso lento después de separar mi camino del peliverde, me pongo mis audífonos y me dejo llevar por la música, como si de un golpe se tratara me quedo sin respiración, asustado me recargo en una pared recuperando el aliento.

Después de un rato, sigo con un poco de miedo, ese mal presentimiento no se va. En cuanto llego a mi casa, hago todo lo posible por escapar lo más rápido a mi habitación donde voy directo a la cama para dormir, no pude disminuir la ansiedad y me autoconvencí de que como lo dijeron los doctores, es por los cambios de ser un Alfa.

Cuando creo que no podré dormir, mis ojos comienza a cerrarse y junto antes de caer en los brazos de Morfeo, una cabellera naranja cruza mi mente y me relajo para cerrar los ojos.


Hii

Bueno primero que nada ¿cuál creen que sea la razón del mal presentimiento de Tsukishima?

Acabo de pensar en esto y como no encontré nada mejor comencé a escribirlo antes de que se me fuera el hilo de la historia jajaja

Bueno eso es todo nenis, nos estamos viendo.... leyendo* xd

Chao <3

Middles. | TsukiHina |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora