IX

618 72 10
                                    

Hinata Shoyo.

Jadeo en busca de aire, una fina capa de sudor cubre mi cuerpo, todos mis sentidos se sienten alterados, con ayuda de mi playera seco mi frente y me quejo ante el pedido de Daichi-san.

— ¿Por qué no guardan la cantidad de hoy para mañana?

Algo en Kageyama y yo hace clic al entender lo que dice Yachi-san, entre gritos recogemos todos los balones en el gimnasio, cuando terminamos observo al rubio y al peliverde afuera platicando con Tanaka-san.

— Bueno, nos vemos mañana aquí, no se duerman tarde.

Tiemblo por la mirada que Sugawara-san nos da al ojiazul y a mí, mi curiosidad crece al ver la cercanía entre mi amiga rubia y el pecoso.

— Me voy, mi hermana me está esperando para cenar.

Asiento y lo veo despedirse de todos, entonces...

Por fin lo veo, una sonrisa traviesa surca mis labios al recordar que ese chico rubio correspondió mis sentimientos, este tiempo ha sido difícil para tener momentos a solas, siempre que intentamos reunirnos aunque sea por unos minutos terminamos siendo separados por uno u otro motivo con respecto al club o al entrenamiento individual por las preliminares, si al caso han sido unas 3 veces que hemos hablado pero de cosas sobre el club.

— ¿Me estabas esperando?

Como si ya lo hubiese pensado, se gira con una sonrisa un tanto misteriosa a verme y me hace una señal para acercarme, sin dudarlo tomo lugar a su lado.

— ¿Entonces?

— Sólo camina.

Sin decir nada camino a su lado en silencio, a lo lejos observo como todos se despiden, algo en mi cabeza me dice que entre Yamaguchi y Yachi está pasando algo.

— ¿Ellos...?

— Podría ser.

— ¿Qué significa eso?

— Que no es imposible.

— ¿Eso es bueno?

— ¿Y yo cómo debería saberlo?

— Eres su mejor amigo.

Frunce los labios y río, cuando estamos cerca lo veo despedirse con un movimiento de cabeza que a diferencia de mí intento despedirme de todos, con la emoción fluyendo por cada poro de mi cuerpo me acerco al rubio que esperaba a una distancia prudente.

— No te voy a esperar por siempre.

— ¿Seguro? —inquiero arrimándome a su costado.

— Me guardare mi respuesta.

— Tramposo.

Caminamos en silencio, muerdo mi labio por la cercanía y sin pensarlo mucho paso mi brazo por el suyo, no dice nada pero mi corazón da un vuelco cuando sus mejillas se tiñen de un ligero color carmesí.

— ¿Qué tal te fue con los universitarios? —pregunto recordando que lo menciono.

— Normal.

— ¿Eso quiere decir que detuviste a sus atacantes?

— Sí.

— Entonces puedes detener a Ushiwaka —afirmo con descaro.

— No mezcles dos cosas que no tienen similitud.

— Tienes razón, pero... su fuerza podría ser un tanto ¿parecida? —inquiero viéndolo.

— Tal vez.

Middles. | TsukiHina |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora