III

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Hinata Shoyo.

Mi mente sigue pensando en las cosas que vi en internet ayer por la noche cuando mi curiosidad le gano a mi poca racionalidad y me aventure a buscar cosas sobre las castas, todo estaba bien mientras información general aparecía ante mis ojos y entonces algo llamo mi atención, vinculación o lazo y como se lleva a cabo.

Recuerdo perfectamente el nivel de rojo que mi cara fue capaz de alcanzar, ya lo sabía, pero aún así siempre será raro leer y ver esas cosas, más si se trataba sobre parejas del mismo sexo. Cuando pensé que era suficiente me fui a dormir con mucha cosas atormentándome sobre cuantas veces debo seguir mi lado racional y no mi lado curioso.

Grande fue mi sorpresa cuando descubrí que al igual que yo, Kageyama busco lo mismo y termino igual, de ahí en adelante todo fue un desastre. Dos personas de nuestro tipo hablando sobre eso tenía escrito la palabra "no" en grande, mi parloteo aumentaba y mi amigo me seguía la corriente, por eso cuando como si de genios nos tratáramos relacionamos todos con nuestros mayores y algo hizo clic.

Daichi y Sugawara-san.

Asahi y Noya-san.

Tanaka y Shimizu-san.

Nuestras mejillas se sonrojaron y el hecho de que de todos los senpai's ahí Tanaka-san fuera el que se acerco no ayudo en nada y terminamos peor.

— Es normal, no se preocupen por eso ahora —dijo.

Con eso y miles cosas más en mente, comenzamos los estiramientos.

— Apuesto bollos a que llego más cerca del piso que tú —dije.

— Acepto —respondió sin titubear.

Casi tan consiente como inconscientemente termine a lado del rubio, aspire ese ligero aroma a café que me relajo por completo. Me senté en el suelo separando las piernas y empecé a descender por mi cuenta estirando mis brazos, cuando me detuve sentí las manos de Kageyama empujar mi espalda

— Ya —digo para que deje de presionar.

La distancia entre mi pecho y el piso es casi inexistente así que con toda mi arrogancia posible volteo mi cara sobre mi hombro para verle y sonreír con sorna.

Gané, pienso.

Algo me motiva a desviar la mirada a un costado, cruzo mirada con Tsukishima y mi respiración se corta, contengo el aire al ver como entorna su mirada y algo me tiene tentado a acercarme a él para saber que pasaría sí...

No, salgo de mi ensoñación y parece que el rubio también.

¿Qué estaba pensando?

— ¿Hinata? —escucho preguntar a mi espalda.

Me paro y le resto importancia para terminar con los estiramientos, un presentimiento me dice que de ahora en adelante algunas cosas cambiaran pero me rehusó a eso, así que me concentro en el entrenamiento.

...

Después de obtener el permiso de Ukai-san para entrenar un poco más no puedo evitar notar como el ceño del rubio se frunce cuando abandona el lugar y algo me grita ir trás él, sacudo mi cabeza.

— ¡Iremos a Tokio Kageyama! —grito entusiasmado.

— Podré ver esas colocaciones de nuevo —responde y se que habla de Kenma.

— Miedo, tu cara da miedo —le digo lanzando mi chaqueta a su cara.

— ¡Tú pequeño idiota! —grita.

Empiezo a alejarme, en cuanto veo su mirada comienzo a correr por mi propio bien.

No debí hacer eso, pienso cerrando un los ojos.

Middles. | TsukiHina |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora