VIII

603 58 4
                                    

Tsukishima Kei.

Esto no puede estar pasando.

¿Acaso cuando acepté estos sentimientos por el extrovertido pelinaranja esto venía incluido en alguna parte y no lo vi?

Siento mi irritación subir a niveles que nunca imaginé en mi corta vida, las miradas de todos clavadas en el enano y en mí, ¿en qué momento dejé que durante el viaje a la preliminares tomara asiento junto a mí?

— Solo debes cargarlo.

Miro a Nishinoya-san y alza sus manos en señal de paz, puedo sentir el cambio en el ambiente porque me encuentro tan alterado en mi interior que estoy soltando feromonas que claramente no debería.

— Sólo hazlo.

Claro que Tanaka-san apoyaría a su amigo líbero.

— Tsukishima hazlo.

— ¿No sería más fácil si alguien más me ayuda? —pregunto dejando caer mi cabeza en el asiento.

— Creo que todos estamos de acuerdo en que eres el indicado para hacerlo.

— Sólo hazlo —repite Tanaka-san con obviedad.

Las alarmas en mi cabeza suenan al notar a Sugawara-san con un brillo que no depara nada bueno.

— En ese caso... —mira al idiota— tal vez K-

— Lo haré.

Ignoro las distintas miradas que recibo, les doy una mirada y con una señal Daichi-san saca a todos del autobús.

Miro al chico a recargado sobre mi hombro, al verlo de cerca puedo detallar sus largas pestañas, sus cejas definidas, pómulos pintados de un ligero sonrojo y esos labios... espera, no, debo concentrarme.

— ¿Cómo puedes dormirte sobre el hombro de alguien tan fácilmente? —pregunto acariciando su mejilla.

— Mmmm...

Me quedo quieto cuando se gira en mi dirección pasando su brazo por mi cuello.

— Es que eres...

Decido no pensar más en el asunto, con la idea de llevarlo al tan conocido "estilo princesa" comienzo con los movimientos necesarios y quiero gritar de frustración cuando este chico tonto termina sentado en mi regazo.

— Esto no está bien por donde lo veas.

Aprieto el tabique te mi nariz buscando paciencia que me falta.

— Hinata.

— Mmmm déjame...

— Ayúdame a ayudarte.

— Déjame dormir... —refunfuña escondiendo su cara en mi cuello.

— Oye... ¿qué crees que haces? —mi respiracion se acelera— esto va de mal en peor.

Ya está, lo haré.

Me sorprendo cuando me levanto con una facilidad muy sospechosa, me alarmo cuando su agarre se afloja y casi cae al suelo.

— No te sueltes.

— Sí...

Entonces me arrepiento, como todo lo que he dicho y haré durante el día, aprieta el agarre en sus brazos y sus piernas se cierran entorno a mi cintura, muevo mis manos sin saber exactamente dónde ponerlas.

— Despierta por favor.

Nada, para este punto ya me di por vencido, la idea de tomar un taxi y dejarlo dormido en la entrada con una nota para el equipo me atraviesa como mi salvación, no, no debo hacer eso... o tal vez..., no.

Middles. | TsukiHina |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora