VII

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Hinata Shoyo.

¡Maldito Tsukishima, desgraciado infeliz!

Respiro hondo para tranquilizarme, no sé cuántas veces he pensado lo mismo entre ayer y hoy, cada que recordaba lo que pasó no perdía tiempo en maldecirlo.

— ¿Qué haces?

— ¡¿Ah?! —me giro rápidamente.

Aguanto la risa cuando al voltear termine tirando el líquido de mi vaso sobre la cara de Kageyama, pero no lo soporto más y termino riendo.

— ¡Idiota, Hinata idiota!

Mi risa muere cuando me toma de la playera y me zarandea, estoy por separarme pero me tropiezo y termino cayendo.

Cierro los ojos esperando el frío pasto que de seguro me dejará adolorido por unos días pero en vez de eso siento unos brazos fuertes sostenerme.

— ¡Suéltame! —chillo.

— Primero, no me grites —responde el rubio rodando los ojos— segundo, tú eres el que cayó sobre mí.

Entonces me giro encontrándome con las miradas incrédulas de Kenma, Daichi-san y Kuro-san.

— ¿Shoyo? —llama el colocador.

— ¿Hinata qué...?

— ¡Es culpa de Kageyama! —veo el enojo en la mirada del capitán que busca al ojiazul.

— Yamaguchi encuéntralo —ordena, mi compañero asiente asustado.

— ¡Kenma no te muevas! —se dirige a mi amigo que parece querer hacerse bolita.

— Entonces... —lo volteo a ver— ¿exactamente cuánto tiempo piensas quedarte sobre mí?

Recuerdo la posición y me remuevo pero me mantiene sobre él.

— ¿Qué haces? —susurro viendo a todos lados— suel...

Un aroma capta mi atención, sin vergüenza alguna olfateo la ropa del más alto que se tensa por mi acción.

— ¿Qué crees que haces? —pregunta entre dientes.

— ¿Con quién estuviste? —lo miro directo a los ojos.

— ¿Qué? —toma su playera y la huele— con Kuro-san.

— ¿A solas?

— ¿Acaso olvidaste que ya estaba aquí cuando caíste sobre mí? —inquiere serio.

Mis mejillas se sonrojan y veo la diversión en sus ojos al darse cuenta, intento levantarme pero no me deja.

— ¿Por qué huyes? Hace un segundo parecía que ibas a matarme.

— Aún puedo hacerlo —bramo.

— No lo creo.

— Déjame, aún no olvido lo de ayer —su agarre se afloja.

Aprovecho eso para levantarme aunque algo en mi interior grita que me quede entre esos brazos cálidos.

— ¿Podemos hablar sobre eso?

— ¿Ahora quieres hablar?

— Sí, ayer no di las mejores respuestas.

— ¿Y crees que hoy podrás?

— Eso espero.

Le doy la espalda y comienzo a caminar, no siento su presencia por lo que volteo y con una mirada comprende.

Middles. | TsukiHina |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora