XII

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Tsukishima Kei.

— ¿Cómo se sienten chicos? —pregunta la rubia mirándome.

— ¡Vencere al gran Rey! —dice el pelinaranja a mi lado.

— ¡Yo debería decir eso idiota! —responde Kageyama, agh.

— Ya, ya, ya, dejen de pelear —siento tu mirada Tadashi.

Agradezco mentalmente a Yamaguchi, es muy temprano para gritos.

— Iré con los demás —anuncia la mánager.

Veo como mi amigo y el tonto asiente de acuerdo con él, bostezo con cansancio, solo quiero irme a casa.

— Quiero un jugo.

— Bien.

Lo veo cuando no hace nada, me mira con una sonrisa que lastima mi vista y debo entrecerrar los ojos, muy brillante.

¿Qué pasa?

— Nada, nada.

— Será mejor que te calmes o te voy a soltar.

Suelto su mano para entrelazar nuestro dedos, tiro de el para entrar al gimnasio e ir por su dichoso jugo.

— ¿Te sientes nervioso?

— No especialmente.

Y con eso doy por cerrada la conversación, en el camino nos encontramos con nuestros oponentes, el indicio de mi mal humor amenaza por salir, sin dedicarles una mirada obligó a Hinata a pasar de largo.

— ¿Sólo un jugo? —pregunto frente a la máquina.

— Sí, por favor.

Presiono la combinación y cuando tengo el jugo se lo extiendo, veo como se le dificultad destaparlo y ruedo los ojos con irritación.

— Suelta mi mano.

— No, yo puedo.

— No es verdad.

Se que me arrepentiré como siempre pero aún así lo hago y quito la botellas de sus manos.

— Ábrela.

Hace lo que pido, rodando los ojos se la entrego y veo como se pone de puntillas para dejar un beso en mi mandíbula.

— Gracias.

Mantengo la mirada fija en todo el equipo que nos mira con asombro e incredulidad, sonrió de lado.

— Debemos ir con los demás.

...

Cierro los ojos buscando tranquilidad pero me veo interrumpido por los gritos de los tontos.

— ¡Somos geniales!

— ¡Somos los mejores!

— ¡Derrote al Gran Rey!

— Yo lo derrote idiota.

Le doy una mala mirada al ojiazul que se sorprende un poco.

— Bien, suban al autobús, iremos a la escuela y después tendremos una reunión.

— ¡Sí! —gritan todos.

Me adelanto a subir, solo quiero descansar un rato, en silencio llego al fondo del vehiculo y me estiró para subir mi mochila, Hinata llega extendiendo la suya y la pongo junto a la mía.

— ¿Te sientes bien? —asiento— no me convence.

Se arrima a mi costado y paso mi brazo por su cuello para pegarlo más a mí, rodea mi cintura y termino recargando mi mejilla en su cabeza.

Middles. | TsukiHina |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora