XX

441 48 8
                                    

Tsukishima Kei.

Cierro mis ojos mientras recargo mis brazos sobre la pared del baño, el agua cae sobre mí sin cumplir su función: relajarme, me río con incredulidad ¿por qué hice eso? 

— Maldita sea... ¿acaso soy un adolescente hormonal?

Respiro hondo para hacer esto, debo poner manos a la obra y salir cuanto antes de aquí, no puedo evitar sentir vergüenza al ver el estado en el que me encuentro por simplemente habernos frotado.

— Creo que me sobrepase...

Sacudo la cabeza, bajo una mano a mi miembro que suplica atención, mantengo una mano en la pared y cierro los ojos, en mi mente se reproducen los sonidos y gestos del pelinaranja, una imagen tan vivida que me hace terminar con rapidez.

— Patético —digo mirando mi reflejo.

Termino de vestirme, maldigo cuando me doy cuenta que mi playera debió resbalar de mi ropa o se me olvido, irritado salgo del baño con la toalla sobre mi cabeza no mojar el piso, en cuanto entro me alivio porque no hay nadie.

— Aquí estás —susurro.

Seco mi cabello y escucho como se abre la puerta, decido ignorar a las o la persona que entro para no sentir vergüenza sobre mi falta de ropa en mi pecho.

— ¿Eso lo hizo un gato? —escucho a mi espalda, frunzo el ceño.

— Nah —alzo las cejas por la voz de Suga-san—. Lo hizo un pequeño cuervo.

Mi cuello se gira con rigidez encontrándome con la mirada burlona de Sugawara-san, a su lado el dúo de segundo me mira con diversión, con los nervios de punta abro el closet y miro mi espalda y parpadeo sorprendido notando los rasguños en mi piel.

— ¿Qué...?

— La pregunta es... —miro al peliplateado que se arrima en la puerta del closet—. ¿Cuándo lo hicieron? No recuerdo un momento en que estuvieran solos, al menos no lo suficiente para hacer algo así...

— Por favor, para... —pido con los ojos cerrados.

— ¿Habrá bebé?

— Claro que no.

— Aburrido, baja a desayunar.

Sale con los otros dos siguiéndolo, recargo mi cabeza en el espejo y resignado me pongo mi playera, salgo de allí justo cuando mi estomago ruge ligeramente al olfatear la comida recién preparada, sin poder evitarlo mi vista se pasea por la habitación buscando a mi pequeño torbellino, cuando lo veo me dirijo a él.

— Tardaste, así que te serví —dice apenas tomo asiento a su lado, froto mi nariz contra su cabello—. Rápido o se enfriara.

— Ujum —pasé un brazo por su cintura para apegarlo a mí. Siento muchas miradas, justo ahora no podría impórtame menos, así que hago caso omiso.

— No podrás comer así —me regaña mientras se remueve intentando escapar, oh no, no irás a ningún lado.

— Claro que puedo —contradigo—. Soy un Alfa.

— ¿Eso que tiene que ver con comer con una sola mano? —pregunta confundido.

— Una mano —señalo—. Una mano fuerte, de un...

— Mejor come, se hará tarde —me interrumpe palmeando mi pierna.

— No me...

— Sí, sí, come.

...

— Será mejor que calmes a tu novio —dice el ojiazul mientras ambos observamos a Hinata caminar de aquí para allá.

Middles. | TsukiHina |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora