Tsukishima Kei.
— Escúchame bien Rey, porque jamás repetiré esto.
Me acerco a él, le doy una mirada altanera que consigue alterarlo pero también que se acerque, cuando está a una distancia considerable me inclino un poco.
— ¿Qué quieres?
— Nosotros tenemos un objetivo en común.
— Ni de broma.
— Cállate y escúchame.
— Habla.
— Ves a esa persona de ahí —señalo.
— Es Hinata —responde— tu novio —puntualiza.
— Exactamente —digo con satisfacción— ese no es el punto, idiota.
— Desgracia..
— Como te decía —lo ignoro— tú eres...
Me quedo callado, me levanto y pongo una mano sobre mi barbilla adoptando la postura pensativa, miro de nuevo al colocador que me mira con hastío.
— Bueno ¿y tú quién eres?
— Es que eres un idiota...
— Mi error —corrijo— tú eres... ¿qué eres de Hinata?
— ¿Qué?
— ¿Algo así como su enemigo-rival-compañero-idiota-colocador? —digo con diversión.
— Me voy.
— Bien, bien —digo— ya, en serio.
— Su mejor amigo —dice mirándome desafiante.
— Eso.
—¿Entonces?
— Nuestro objetivo común es esa mandarina andante —asiente— aparte de golpear el balón a su voluntad, ¿en qué otra cosa es bueno?
— ¿En fallar?
— Aparte.
— ¿En ser un tonto?
— No, lo otro.
— ¿Reprobar?
— Concéntrate.
— No lo sé.
— Meterse en... —digo.
— ¿Problemas? —termina, asiento— es verdad.
— Aunque no es como si pudieras quejarte —añado— tú eres igual o peor.
— Al punto —brama
— Entonces, tenemos un objetivo en común —enumero— es Hinata —continuo— iremos a Tokio, a las nacionales.
— Ya lo sé.
— Dónde habrán miles de jugadores considerados los mejores.
— Ajá.
— Los cuales son...
— La especialidad del idiota —concluye.
— Ya nos estamos entendiendo.
— Así que...
— Debemos cuidarlo.
— Claro.
— Es por su bien —digo.
— Por su bien —confirma.
— Y por el del equipo —asiente.
— Y por el de nosotros —asiento.
ESTÁS LEYENDO
Middles. | TsukiHina |
FanfictionEste es un AU Omegaverse. Tsukishima empieza a notar cierto cambios en su comportamiento que lo alteran, se engaña echándole la responsabilidad a su lado alfa, lo raro radicaba en que era hacia una persona, Hinata, ¿de todas las personas tenía que s...