Hélène
Estrello el iPad en el suelo, presa de la rabia, y con el tacón de las botas, lo pisoteo una y otra vez, volviendo añicos la pantalla.
—¡¿Quién carajos se cree para amenazarme?! —le grito a la nada— ¡La época en la que él hacía de mí lo que le diera la gana se acabó!
—Hélène... —Henry se pone de pie.
—¡Me tiene harta! —no lo dejo hablar— ¡Necesito matar a este imbécil o voy a enloquecer!
—Lo haremos —me asegura Alejandro detrás de mí.
—Quiero que sufra, Alejandro —me volteo de frente a él—, a ese maldito no lo voy a dejar ir tan fácil.
—Sufrirá —se va acercando a mí poco a poco hasta que me estrecha contra su pecho.
No es hasta ese momento en que me doy cuenta de que estoy llorando, una mezcla de dolor por lo de Ingrid e ira por el cabrón de Lindinni y creo que todo se magnifica teniendo un índice bastante alto de alcohol en mi sistema.
—Ven, toma un poco de aire —me lleva al balcón en donde hace un poco de frío, pero en parte me sirve para relajar mi mente—. Mañana mismo nos pondremos a idear un plan sólido para acabar con ese proxeneta de mierda y liberar a tu amiga. No será fácil porque no tenemos su ubicación pero si hay algo seguro es que tú no vas a ir a ningún lado con él.
—Lo odio tanto. Mi amiga no se merece eso —apoyo mi cabeza en su pecho.
—Por eso vamos a ir a salvarla y a hacerle pagar a ese cabrón cada maldita cosa que les ha hecho.
Su pecho se siente tan calentito... Miro fijamente esos ojazos azules que contrastan con el azabache de su cabello. No sé cómo lo hace pero logra calmarme mis demonios. Por alguna razón siento que junto a él todo irá bien, que a pesar de las trabas que se interpongan en el camino, siempre vamos a salir vencedores y ese sentimiento me consuela.
¿Qué obra tan buena he hecho para merecer a este hombre?
—No quiero separarme nunca de ti, Alejandro —confieso.
Él es todo lo que necesito y quiero. Hoy en día estoy segura de que lo nuestro no es algo de un momento, y no quiero que sea efímero. Y creo que él quiere lo mismo, ¿verdad?
—Muñeca —pone su frente contra la mía—, nunca te vas a separar de mí, eso tenlo por seguro. Solo la muerte va a poder con nosotros, porque no te voy a soltar jamás.
Sonrío, —Que romántico te pones, señor Kellermman —lo pincho con el dedo en el pecho—. Esto repítemelo por la mañana porque con la borrachera que llevo encima, es poco probable de que me acuerde.
—Te lo repetiré toda la vida si es necesario, mademoiselle.
«Es tan lindo» Me estiro un poco para alcanzar sus labios, sin embargo me quedo a medias cuando una arcada me llega de repente. Retrocedo un paso y me llevo la mano a la boca, Alejandro me mira con el ceño fruncido y yo le indico con la maso que todo está bien.
—Solo es una arcada, debió de ser por beber mu...
La frase se queda en el aire cuando el vomito sube por toda mi garganta obligándome a expulsarlo en cuestión de nanosegundos. Y si pensabas que se me haría vergonzoso vomitar frente a Alejandro, ¿qué dirías acerca de vomitarle encima? Pues sí, honey, fue exactamente lo que sucedió.
«Virgen santísima»
—¡Oh, Dios mío! —me cubro nuevamente la boca, esta vez con la dignidad por el subsuelo al ver la camisa blanca toda embarrada.
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INSACIABLES [+21] ©
Roman d'amour[Dark romance/Acción] LIBRO 1 DE LA TRILOGÍA: "RADIACTIVOS " •~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~•~• "Hélène Simone no es una chica buena e inocente, tampoco es la heroína de la historia y mucho menos un modelo a seguir. Hélène es ma...