[Dark romance/Acción]
LIBRO 1 DE LA TRILOGÍA: "RADIACTIVOS "
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"Hélène Simone no es una chica buena e inocente, tampoco es la heroína de la historia y mucho menos un modelo a seguir. Hélène es ma...
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Hola mis radiador@s. Muchas me estuvieron escribiendo pidiendo el capítulo y sé que les dije que quería compensar la demora con un capítulo largo y bueno, pero para acortar la espera, decidí dividir el capítulo en dos. La segunda parte la publicaré el miércoles, si Dios así lo quiere. Así que disfruten y degusten 🌚.
Matthew
La melodía de Warriors de Imagine Dragons resuena en toda la habitación mientras esnifo el polvito blanco que hay sobre la mesa. «Buena calidad» Limpio mi nariz con el torso de mi mano y me dejo caer en la silla de madera.
Siempre he pensado que cuando pruebo estas cosas, la vida se me hace más amena; me transporta a un universo en el que estoy feliz todo el tiempo y el cual es menos mierda que el original. Durante el tiempo que dura el efecto, el peso de las mierdas del pasado se esfuma liberándome temporalmente de la carga que yace cada día en mis hombros.
En el mundo real no soy feliz pero en este soy todo lo que yo quiera. Sin remordimientos, sin culpas, sin memoria.
Sin embargo, a veces es un arma de doble filo, pues como mismo hay viajes buenos, los hay asquerosamente terribles. No siempre me desborda de felicidad, algunas veces suele intensificar todo aquello que trato de evadir, los recuerdos me acribillan de la manera más miserable y me hacen sentir más mierda de lo que me siento a diario. En esas ocasiones termino convirtiéndome en el ser desagradable que nadie quiere, que nadie soporta. Y no los culpo, muchas veces ni yo mismo me soporto.
Por suerte esta no es una de esas veces. Ando con un subidón de los buenos, de esos de los que no se me arruinan ni siquiera cuando entra Alejandro por la puerta con su cara de culo habitual. Bien podrían parecer hermanos de sangre él y Fischer, ambos andan la mayor parte del tiempo con la misma cara de amargados.
—¡Que rayito de sol ha entrado por esa puerta! —me pongo de pie para saludarlo.
No está de mucho humor y es de entender ya que el que fuese noqueado por Hélène le ha herido el orgullo tanto que apesta a resentimiento.
Y sí, sí fui testigo de ello ya que estaba a punto de entrar para apresurar al líder pero cuando pasó, decidí dar marcha atrás y no entrometerme en los asuntos de pareja. ¿Qué si lo disfruté? Sería cruel de mi parte decir que sí pero admito que me reí un poco.
«Y que se me puso un poco dura al ver a la pelirroja saliéndose con la suya, pero equis»
—Deja la cara larga, hombre. A todos alguna vez en la vida nos tocó ser víctima de una mujer embravecida.
—Matthew...
—Me callo, me callo —me adelanto porque sé lo que dirá y da pereza escucharlo.
—¿El italiano?
—Abajo, en el sótano —respondo y me hace un gesto que pide que le indique donde se encuentra ya que no conoce la propiedad—. Oh, claro.
Me encamino al sitio con él pisándome los talones. Las escaleras de madera chirrían cuando descendemos por ellas y la imagen del proxeneta atado con unas cadenas suspendidas en el techo, nos recibe trayéndome un sentimiento de plenitud. Viste solo unos pantalones que fueron cortados hasta las rodillas, está descalzo, sin ninguna prenda y tiene el cabello tan desgreñado que parece un pordiosero.