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Beatrijs, Berniss y yo esperábamos en el despacho del director hasta que todos los alumnos se hubieran marchado. Estábamos en silencio, cada una sumida en sus propias reflexiones. Sólo el ruido de los pasos del director consiguió que saliésemos de ese estado.

- Ya se han ido todos. -dijo

Beatrijs se levantó y recogió su mochila del suelo.

- Muchas gracias. De verdad. -dijo ella sonriendo.

- Lo mismo digo -añadió Berniss

Yo me limité a asentir y sonreir al hombre. Minutos después salíamos del instituto, cautelosas.

- Supongo que no se habrán quedado esperando por ahí, ¿no? -Berniss miró hacia todas partes, preocupada.

- No creo -le respondí

Entre tanto, Beatrijs se había apoyado en la puerta de entrada del instituto. Miraba al suelo fijamente, como si creyera que pudiera moverlo de allí.

- ¿Te pasa algo? -me acerqué a ella

- Ah... -apartó la mirada del suelo y me miró- No, no, para nada -concluyó con una sonrisa.

Al cabo de un rato apareció un coche blanco.

- Es mi madre -dijo Beatrijs

Se despidió de nosotras y salió corriendo hacia el coche de su madre.

- Bueno. Ya nos podemos ir, supongo -le dije a mi amiga

- Sí, claro.

Berniss y yo empezamos a caminar para dirigirnos a nuestras casas.

- ¿Seguirán pasando cosas así, Ali?

- No lo sé... Supongo que no... Dado que el director iba a hablar con esa tía.

- ¿Y si vuelve a la carga?

- La denunciamos.

La chica no quedó muy convencida pero asintió. Seguimos caminando hasta llegar a un cruce en el que un chico alto y de pelo negro esperaba.

- ¡Ali! -el chico agitó la mano

Era mi hermano, Ethan.

Berniss y yo fuimos hasta él.

- Hola -nos saludó

Un ligero rubor tiñeron las mejillas de mi amiga. Sonreí.

- Llamaron a casa desde el instituto diciéndonos lo de aquella chica. ¿Estás bien?

- Sí, sí. Todo bien.

- ¿Y tú, Berniss? ¿Estás bien?

Ella le miró. El rubor se acentuó aún más.

- Ehm... Si, si, claro -le dijo con una sonrisa.

- Uf, me alegro - Ethan se pasó la mano por el pelo - Ali, tenemos que irnos. Ya sabes, clases de guitarra -me dijo guiñándome un ojo.

- Ah, claro. -dije

Me llevé a Berniss un poco lejos de él.

- Te gusta, ¿eh?.

- Bueno... Bueno. Puede -me sonrió

Le devolví la sonrisa.

- Intenta acercarte más a él.

- ¡Pero si está en la universidad, Alied! -Berniss parecía casi angustiada.

- Ya. Y tú estás en un instituto de bachillerato.

Ella entornó los ojos.

- Me lleva muchos años...

- Qué va. En realidad sólo -recalqué- te lleva tres.

- Vaya...

- ¡Alied! -la voz de mi hermano llegó hasta nosotras.

Me giré hacia él y le indiqué con la mano que esperara.

- Te va a echar la bronca -comentó Berniss

- Pss... ¿Ethan? -entorné los ojos- si es más bueno que el pan.

Me despedí de ella y fuí con mi hermano.

- ¿De qué hablaban?

- Cosas.

Me sonrió y bajamos hasta nuestra casa. De repente, me rodeó la cintura con el brazo.

- ¿Qué...? ¿Que haces, Ethan?

- Shh... -susurró él en mi oreja

Antes de que pudiera protestar o decir algo si quiera, sus labios estaban peligrosamente cerca de los míos.

En el filo del CuchilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora