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Después de estar estudiando durante dos horas, le mandé un mensaje a Adrien.
*Whattsapp*
Tú: Hola :) , te gustaría que nos viésemos?
No tardó mucho en responder.
Adrien: Claro :) si quieres pasarte por mi casa... Estamos ensayando. Salí de la biblioteca hará media hora.
Adrien tenía una banda de rock. Él tocaba la guitarra y era vocalista.
Tú: Vale. A qué hora?
Adrien: En... Media hora?
Tú: Okay. Hasta ahora.
Adrien: Ciao :) te quiero.
Fuí al armario y saqué una sudadera de Nirvana y unas deportivas. Bajé al piso de abajo y cogí la pequeña mochila que me habían traído de Londres hace un par de años. Metí dentro mis llaves y un libro, por si acaso, nunca se sabe que podría pasar.
- ¡Mamá! -dije- Voy a casa de Adrien.
Mi madre respondió desde el salón.
- ¡Vale! No tardes.
Salí del edificio y empecé a caminar hacia la casa de Adrien.
****
Casi quince minutos más tarde llegué a su casa. Era grande y de color blanco, su casa siempre me había dado una sensación de frescura. Toqué el timbre.
- ¡Estamos en el garaje! -dijo una voz masculina.
Dí la vuelta por la casa hasta llegar al garaje. Allí estaba Adrien pero... ¿Que le había pasado en el pelo?
-¿Adrien? -pregunté atónita- ¡Tu pelo!
Su pelo, antes de color castaño, era rubio. Él se giró hacia mí con una sonrisa divertida.
- Una apuesta. Es por su culpa. -señaló a un chico de pelo castaño muy oscuro, que debería ser el bajista.
- Anda, anda -dijo el chico- ¡Si te queda bien!
Emití una risita.
- Creo que no nos has presentado... -dijo un chico de pelo castaño claro, el batería.
Adrien se giró hacia él mientras dejaba la púa de su guitarra sobre una mesita.
- Chicos, esta es Alied -sonrió- Es mi... -me miró como si me estuviera diciendo "¿Lo digo?", yo asentí- Mi novia.
- ¡UUHHH! -dijeron los dos chicos al unísono.
- Alied -prosiguió Adrien- ellos son Mark -dijo señalando con el pulgar al chico moreno- y Sven -apuntó hacia el chico de pelo muy oscuro.
- Encantada. -les dije sonriendo.
- ¿Y si nos vamos? -preguntó Sven.
Mark le miró, interrogativo.
- ¿Qué? Si sólo llevamos media hora...
- Cierto -dijo Adrien.
- ¡Da igual! -dijo Sven.
El chico se quitó el bajo y lo guardó en una funda y luego cogió a Mark por un brazo.
- Bueeeno... Nosotros nos vamos. -dijo Sven.
- Chaíto. -se despidió Mark.
Adrien y yo nos quedamos solos en el garaje. Él se quitó la guitarra y la dejó a un lado, luego tomó mi rostro entre sus manos.
- No te queda tan mal el rubio oxigenado. -susurré.
Adrien sonrió.
- Estoy horrible.
- No, no para mí.
Me puse de puntillas y le besé en los labios. Pareció algo sorprendido pero,  al cabo de unos segundos, sus brazos rodeaban mi cintura. Yo le rodeé el cuello con los brazos. Disfruté de esa sensación de mariposas en la barriga mientras Adrien me apoyaba contra la pared y recorría mi cuello con los labios.
- Adrien... -murmuré.
Dejó de besarme el cuello y me miró.
- Dime.
- Te quiero.
El sonrió.
- Te quiero. -y me besó con cariño.

En el filo del CuchilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora