Adrien II

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Whattsapp.
Beatrijs: Wow! Te besó?
Tú: Sí...
Beatrijs: Me alegro mucho! Se notaba que estaba enamorado de tí...
Tú: Ah, sí? Por qué?
Beatrijs: La forma en la que trata, esas miradas que te lanza sin que te des cuenta, su sonrisa en cuanto te ve... Sigo?
Tú: No, no jajaja. Pero qué debería hacer?...
Beatrijs: Ali, llevas enamorada de él desde hace tres años y ahora te vas a echar atrás?
Tú: No me voy a echar atrás, Bea... Le quiero.
Beatrijs: Y cuál es el problema?
Me costó escribir su nombre.
Tú: Ethan
Beatrijs: Por dios. Y él qué te va a hacer? Pegar a Adrien?
Tú: No lo sé...
Beatrijs: Adrien es lo que necesitas. Te quiere, tú le quieres. Él siempre te ha ayudado y apoyado. Y lo hará en esta situación.
De repente, Dumb, de Nirvana, empieza a sonar. Alguien me estaba llamando.
La sangre me huyó del rostro cuando ví quién me llamaba.
Ethan.
¿Colgaba? ¿Descolgaba?
Descolgué.
- ¿S- sí...? -dije con una voz aguda y temblorosa.
- Alied. ¿Quién es ese Adrien? -su tono de voz era frío, casi amenazador.
"Mierda..."
- Nadie que te importe.
- No me hables así.
- Te hablo como me da la gana, asqueroso violador.
Se oyó una voz femenina.
- ¿Con quién hablas, cariño?
- Con mi hermana. -respondió él- Esto no va a quedar así.
Y colgó.
Dios... Adrien... Me dí cuenta de que en la pantalla de mi móvil había aparecido un símbolo de grabación. La llamada se había grabado. Al fin tenía una prueba fiable.
Me acordé de Beatrijs.
Tú: Voy a estudiar. Besos.
Beatrijs: :) vale. Besitos.
Inmediatamente llamé a Adrien. No tardó en cogerme el teléfono.
- ¿Alied? Dime -sonaba preocupado.
- Adrien... Uf, esto es algo largo.
- Tengo tiempo si es por tí.
Esbozé una ligera sonrisa.
Le conté la llamada de mi hermano brevemente. Cuando acabé, Adrien se quedó en silencio un momento pero, finalmente, dijo:
- Más vale que no se atreva a acercarse a tí o te juro que le parto la cara.
- No quiero que te metas en problemas...
- No lo haré. Lo prometo.
- Voy a estudiar un poco. -suspiré.
- Vale. Yo tengo que ir a la biblioteca.
- Adrien... -dije casi en un susurro.
- Dime.
Durante unos instantes dudé antes de decirle:
- Te quiero.
Casi pude percibir su sonrisa al otro lado de la línea.
- Te quiero. -dijo él.
Colgamos y me tumbé sobre la cama.

En el filo del CuchilloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora