Me siento viva de nuevo. Desde que conocí a Felipe la alegría volvió a mí. Creo que estoy enamorada de él. Lo peor es que nada puede suceder entre nosotros, ya que estoy casada con el desgraciado de Miguel. No es que me caiga tan mal, pero no me siento feliz a su lado. Me siento mucho más feliz junto a Felipe. Él es joven, apuesto, alegre, simpático, y su mirada... esa mirada de ojos verdes que parece que pudiera ver mi interior, una mirada firme y penetrante. No hay dudas, me enamoré de él. Creo que Miguel sospecha que me sucede algo, porque me mira de forma extraña, y siempre está intentando entablar una conversación conmigo. Yo casi nunca le presto atención.
Creo que a Felipe le caigo bastante bien. Si no, supongo que nunca iría a conversar conmigo en el bosque. Tal vez él también esté enamorado. ¿Pero cómo saberlo? Algunas veces siento miedo, cuando estoy con él a veces siento que estoy haciendo algo indebido, como si estuviera cometiendo un delito. Ya sé que lo único que hacemos es conversar, pero es mal visto que un hombre se vea a solas con una mujer casada. Si alguien nos viera, si un día Miguel se enterara, no sé lo que pasaría. Tal vez me golpearía, me castigaría por haber mantenido esos encuentros en secreto. No lo sé, no quiero pensar en ello.
10 de febrero - 1569.
Hoy fue sin duda el día más feliz que he tenido, desde la muerte de mi padre. Por fin sucedió lo que yo he anhelado desde que conocí a Felipe. Estábamos conversando animadamente en el claro del bosque, al igual que casi todos los días. Yo estaba sentada sobre el pasto, recostada a un árbol, y él estaba sentado junto a mí. Ambos reíamos, y de repente, nuestras caras quedaron a unos pocos centímetros de distancia. No pude resistirme. Sus ojos verdes me miraban intensamente, sentí que mi cara se movía sin que yo se lo ordenase, y de pronto me encontré besándolo apasionadamente. Cuando pude reaccionar, alejé mi cara rápidamente y me levanté de inmediato. Él se levantó a su vez y me dijo:
_Tranquila, no sucede nada, está bien. No te vayas.
Me detuve, giré y lo encontré junto a mí, mirándome suplicante. Estaba alterada, no debería haberme dejado llevar tan fácilmente.
_Esto es imposible, no podemos continuar viéndonos, no vuelvas a hablarme.
Hice ademán de irme pero me sujetó por un brazo y me obligó a enfrentarlo.
_Por favor, sabes que deseas esto, es lo que ambos queremos, no debemos resistirnos, esto es amor. Creo volverme loco cuando no estoy contigo, pero cuando te veo siento que es mi destino estar junto a ti, amarte por siempre, para toda la eternidad.
Lo abofeteé. Estaba a punto de largar el llanto, pero logré contenerme.
_ ¿Acaso eres tonto? ¿Es que no lo entiendes? Soy una mujer casada, tengo esposo. Nos matarían a ambos si supieran lo que acaba de suceder. No debemos vernos. Nunca jamás.
Me besó nuevamente. Me liberé de sus labios y lo abofeteé otra vez. Lo besé con ardiente deseo. Ninguno de los dos se resistió.
Minutos más tarde, nos encontrábamos sentados otra vez en el pasto, riéndonos como si nada hubiera sucedido. Prometimos guardar silencio y vernos únicamente en el claro del bosque. Prácticamente, lo mismo que veníamos haciendo hacía tiempo.
Siento que la vida florece dentro de mí, siento que desbordo alegría y esplendor a cada paso que doy, me hierve la sangre cuando estoy en su presencia; siento amor. Mañana, enseguida que mi esposo salga a pescar tengo planeado encontrarme con Felipe en el bosque, no puedo soportar la espera, quiero que el tiempo que me separa de él transcurra de inmediato.
Hoy pensé en mi padre. Sé que lo que él quería era que me casara con un hombre para no quedar indefensa y sola en este mundo. Yo obedecí su deseo, incluso después de que él murió. Pero ahora siento algo diferente, siento que puedo ser feliz, que mi vida puede cambiar, que puedo despertar cada día con alegría y esperanza, siento que puedo amar. Algo que nunca podría sentir estando junto a Miguel. Tal vez mi padre tenía razón, tal vez sí debía casarme con alguien, solo que se equivocó de hombre. Ahora siento que Miguel es un desconocido, como si fuera cualquier otro hombre en Portobelo, no siento ni nunca sentí nada especial por él. Sé que debería estarle enormemente agradecida por habernos rescatado a mi padre y a mí luego del naufragio, y lo estoy, pero no siento amor por él, y nunca lo haré. Ahora he descubierto el amor, y está con Felipe.
También he pensado en las consecuencias de esto. Sé que ambos podríamos morir si alguien se enterara. Pero quiero arriesgarme, siento que Felipe es mi todo, y no estoy dispuesta a perderlo así como así.
Hoy estaba pensando... tal vez Miguel muera, y entonces yo podría casarme con Felipe y seríamos felices. No es que lo vaya a asesinar, por ahora me bastó con matar a aquellos dos tipos en la playa, pero si mi vida junto a Felipe dependiera de ello, creo que sería capaz de hacerlo. Eso, y mucho más.
Por ahora, Miguel no se enterará de esto. Seguirá con su monótona y aburrida vida sin darse cuenta de nada. Pero yo seré feliz. Feliz... una vez más.
Hola! Nuevo capítulo. Es algo corto, ya sé, pero es lo que hay por ahora. Si quieren más tendrán que esperar xd jajaja. La semana que viene empiezo las clases, así que supongo que no voy a poder seguir actualizando tan seguido como lo he hecho hasta ahora. Pero depende del tiempo libre que tenga. Eso se verá después. Creo que no hay nada más que decir, solo que voten, comenten sus opiniones, pregunten cualquier duda que tengan... lo de siempre :)
Nos vemos pronto!
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Piratas, fantasmas y sirenas. (Josefina Moliner #1)
PertualanganJosefina perdió la memoria luego de que el barco en el que viajaba con su familia hacia el Nuevo Mundo naufragara. Ahora, en una tierra salvaje, desconocida y llena de misterios, la vida de la joven española cambiará para siempre. Navegando entre pi...