Bueno... La idea era subir un solo capítulo, pero no resistí la tentación de subir dos :3 Espero les gusten. Ya se acerca el final, tan solo quedan dos capítulos más y la historia llegará a su fin...... Al menos la primera parte. Sí. No sé si ya se los había dicho, pero esta es una trilogía, y ni bien termine esta primera novela empezaré a subir la segunda parte :) Espero sus votos y comentarios con sus opiniones, y no resta más que darles las gracias una vez más por todas las lecturas y votos que ha tenido esta historia. Así que, los dejo leer en paz, y me retiro por el momento. Nos vemos pronto!
Cambio y fuera.
En la oscuridad de la caverna, en el interior del cerro, la música brotaba de una vieja flauta de madera sobre unas grandes rocas a la orilla de un oscuro lago. El lugar estaba iluminado únicamente por un agujero en el techo de la cueva, por donde ingresaba un poco de luz solar. La melodía de la flauta resonaba en las paredes de la cueva al igual que como lo había hecho durante tantos años. La sirena se hallaba sentada sobre una roca, a la orilla del lago. Las escamas doradas, naranjas y rojas de su cola de pez brillaban con la luz, a pesar de haber perdido un poco el color vivo que tenían en los primeros años de su condena. Su ondulado cabello, negro como la noche, había perdido parte de su bello color de antaño. Y sus ojos, aquellos ojos verdes que un día habían enamorado a un pirata, continuaban siendo tan verdes como siempre, porque la mirada de aquellos ojos mostraba que en su corazón un amor muy antiguo mantenía encendida la llama de la esperanza, la esperanza de la libertad. De eso hablaba su canción, la melodía de la flauta, su largo sufrimiento, enterrada en el olvido tantos años, todas sus emociones resumidas en una sola melodía que se repetía incesantemente en la oscuridad de aquella caverna.
Josefina avanzaba con una antorcha en una mano y su espada en la otra. Caminaban por el túnel, siguiendo el sonido de la flauta. Detrás de ella venían Jesús y los demás piratas, también con una antorcha en la mano. Avanzaban sigilosa y silenciosamente, prestando atención a cualquier sonido que pudiera significar peligro. De pronto, llegaron a una gran cámara iluminada por un agujero en el techo de la misma, por donde entraba la luz del sol. Cuando entraron, la música cesó sorpresivamente y se oyó un chapoteo en la orilla del gran lago que había dentro de la cueva. Josefina y sus piratas entraron en la caverna. La muchacha le dio su antorcha a Jesús y guardó su espada. Lentamente, se acercó al lago y tomó en sus manos una vieja flauta de madera que estaba tirada sobre una roca. Luego se acercó más a la orilla y examinó el lago, en busca de alguna señal que le dijera que la sirena se encontraba allí. Se arrodilló en el suelo, y con su mano acarició la superficie del agua.
_Lucía_ la llamó_. Lucía, he venido a liberarte. ¿Dónde estás?
Lentamente, de las profundidades del lago comenzó a elevarse algo, a nadar hacia la superficie. Cuando la sirena emergió del agua, Josefina quedó sorprendida por la belleza de aquella criatura.
_Santo cielo, eres real. Y mucho más hermosa de cómo te describió Bernardo.
Al oír aquél nombre, la sirena se acercó a Josefina curiosa.
_ ¿Lo has visto?_ preguntó Lucía _. ¿Tú vas a liberarme?
_Mi nombre es Josefina, y soy la bisnieta de Bernardo. He venido a sacarte de aquí, a cambio de un deseo.
_Te daré lo que desees, con tal de salir de aquí. Daría incluso mi vida por volver a ver el cielo azul, sentir el viento sobre mi rostro, la calidez del sol en mi piel, el olor a sal del mar, la suavidad del pasto, los trinos de las aves, ver mis piernas otra vez, sentir el calor de otro ser humano. Soy capaz de todo por volver a ver a Bernardo.
Los ojos de la sirena se llenaron de lágrimas, y Josefina sintió algo que le oprimía el pecho y hacía que le costara respirar. Había sido terrible el destino de aquella mujer, pero todo iba a cambiar ahora. Iba a salir de aquella oscura y olvidada caverna caminando, e iba a ser feliz.
Josefina ordenó a sus piratas que desarmaran el campamento en la costa y lo rearmaran dentro de la caverna. Debían pasar uno o dos días más en aquella isla, ya que todavía no había luna llena para llevar a cabo el ritual. Lucía le contó su historia a la muchacha. Había nacido en Andalucía, en España, en una familia de gitanos. Cuando tenía quince años, sus padres fueron asesinados, por lo que debió mudarse con una tía, que vivía en una ciudad costera cuyo nombre ya no lograba recordar. Allí fue donde cinco años más tarde conoció al hombre que cambiaría su vida para siempre. Se enamoró perdidamente de Bernardo, aunque muy en el fondo presentía que ese amor le costaría muy caro. Se dejó llevar por el deseo y huyó con él en su barco pirata. Un año después, un día como cualquier otro sobre el barco, el mar comenzó a comportarse de forma algo extraña. Se levantó una gran tormenta, y del mar comenzó a emerger algo que jamás había visto. Era una mujer, pero no como cualquiera, aquella mujer no era humana. Del mar emergió una figura femenina, constituida únicamente por agua. Eso mismo, una enorme mujer de agua se levantó sobre el océano. Bernardo le dijo que era Calipso, la diosa del mar, y que estaban en serios problemas. Calipso dijo a Bernardo que la había traicionado, y que ahora pagaría muy caro su error. A pesar de las súplicas del pirata, la mujer de agua se abalanzó sobre el barco. Después de eso, había despertado en aquella oscura cueva, con una cola de pez. Las primeras semanas la consumieron la desesperación, la incertidumbre y el dolor. Pero con el tiempo fue acostumbrándose a su nueva vida, aunque aún no sabía bien por qué le había sucedido eso. Casi un año más tarde, en aquella cueva apareció Bernardo, desesperado por encontrar a su amada. Luego del emotivo reencuentro, Bernardo le explicó el porqué de su situación, y le dijo que conocía la manera de volverla a la normalidad. Aguardaron juntos hasta la siguiente luna llena, y en la copa colocaron un poco del agua del lago, y unas gotas de la sangre de Bernardo. Pero aquello no funcionó. La maldición que Calipso había lanzado sobre Lucía sólo le permitía transformarse nuevamente en humana si la sangre que se utilizaba era la de otra persona que no fuera Bernardo. Ambos sucumbieron en la amargura y el dolor. Estaban perdidos los dos. Los marinos de Bernardo habían abandonado a su capitán ya que la nave estaba maldita, y la perseguía una tormenta que duraría hasta el momento en que se hundiera en el mar. Bernardo había logrado conducir él solo su barco hasta la isla donde Lucía le aguardaba, pero ya era inutilizable, los maderos estaban podridos de tanta agua, y el navío se hundió cerca de la isla. Estaban aislados del mundo, condenados a morir en la soledad de aquella cueva. Bernardo murió, pero Lucía no. La maldición la mantenía con vida. Así pasaron muchísimos años, hasta que Josefina y sus piratas hallaron el túnel en la ladera del cerro.
_Que triste historia, lo lamento mucho, nunca debiste pasar por eso_ le dijo Josefina, con lágrimas en los ojos.
_Fue mi decisión escapar con Bernardo, nadie me forzó a hacerlo, así que tuve que aceptar las consecuencias de esa decisión. Así como también aceptaré mi muerte, en unos días.
_ ¿Cuándo mueras? ¿En unos días? ¿A qué te refieres?
_ ¿No lo entiendes? He pasado más años encerrada aquí que cualquier ser humano vivo. Cuando me transforme nuevamente en humana, tendré más de cien años. Moriré en el mismo momento en que vea transformarse esta cola en el par de piernas que tuve hace tantos años.
_ ¿Qué? ¿No hay alguna forma de que puedas vivir más?
_Créeme, he vivido suficiente. Además, la única forma de seguir con vida sería continuar transformada en sirena, encerrada en esta cueva húmeda y oscura.
_ ¿Y no podríamos llevarte hasta la costa? Así podrías vivir, siendo aún una sirena, pero libre, en el mar.
_No puedo, no puedo ni siquiera salir de esta cueva. La única forma es que yo muera. Seré libre, cuando ya no pertenezca al mundo de los vivos.
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Piratas, fantasmas y sirenas. (Josefina Moliner #1)
AventureJosefina perdió la memoria luego de que el barco en el que viajaba con su familia hacia el Nuevo Mundo naufragara. Ahora, en una tierra salvaje, desconocida y llena de misterios, la vida de la joven española cambiará para siempre. Navegando entre pi...