24.- ¡Una alma del pasado! ¡El Pegaso divino!

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(T/N) estaba petrificado del miedo ante la presencia de Hades delante de él, se sentía indefenso, a su merced, y débil.

Era una sensación distinta a lo que había sentido con Apollo, con Apollo era poder absoluto, poder en bruto y exagerado, incluso mayor al Hades, pero el Dios de el inframundo, con su rostro imperturbable, su belleza incomparable, no debilitaba su cosmos, debilitaba su mente.

Hades lo miró directamente a los ojos, y se dirigió hacia el, caminando lentamente, pero con una presión increíble delante de él.

-Tú debes ser quién asesinó a Hypnos y a Thánathos.- Hades no estaba preguntando, parecía estar seguro de su afirmación, y claramente no estaba equivocado.

Sin la habilidad de poder moverse, (T/N) no pudo esquivar un ataque de la espada de Hades, la cuál le hizo un corte vertical de abajo hacia arriba, y lo mando a volar contra el templo detrás de él, el cual atravesó, pilar por pilar, hasta que el suelo lo detuvo.

(T/N) sangraba de sobremanera, tanto de la parte trasera de su cabeza, así como de sus cuatro extremidades y su espalda.

Solamente podía ver a la distancia como Hades se acercaba a sus amigos, mientras que su sangre escurría de la hoja de la espada de Hades.

(T/N) se aterró cuando apreció que ninguno de sus compañeros podía moverse en la presencia de Hades, cosa que a pesar de que la entendía por haberlo experimentado en carne propia, igualmente le frustraba, porque si ellos no se movían, iban a morir.

"¡Carajo! Tengo mis costillas y mi brazo derecho rotos!"

El Santo de bronce gimió al intentar levantarse, pues todo su cuerpo le falló, y volvió a caer al suelo mientras escupía una buena cantidad de sangre.

Otro intento.

Levantó sus brazos y los colocó contra el suelo, intentando aplicar fuerza en ellos.

Su brazo izquierdo le respondía, pero el derecho estaba casi muerto, si no fuera porque estaba pegado a su cuerpo, ni siquiera sentiría que tenía su brazo derecho, o eso creía, pues el intentar levantarse le causó un dolor que lo hizo escupir más sangre al suelo, acompañado con un grito ahogado de dolor a medida que lograba incorporarse.

Cuando por fin se puso de pie, el mero hecho de respirar le resultaba un suplicio.

Intentó caminar nuevamente hacia Hades, y a un paso tambaleante y lento, lo logró.

Hades sólo veía al resto de mortales alrededor de él, mirándolos fríamente mientras que su espalda brillaba oscuramente.

Pero, cuando (T/N) llegó, la vista de Hades fue directo hacia el santo que parecía moribundo frente a él.

-¿Vienes otra ves? Pensé que con un solo golpe ya tendrías suficiente.-

El Santo de Pegaso sólo lo miro, y reunió la fuerza suficiente para hablar, a pesar de que pronunciar cada palabra le resultaba doloroso.

-Aunque mi cuerpo sea destruido... yo...- La sangre caía de la frente, mejillas, nariz y quijada de (T/N) como una gotera que no cerraba.- no me rendiré...- las palabras salían débiles de la boca de (T/N), cosa que le molestó, pues sus palabras no salieron con la convicción suficiente que el quería usar en éstas.

Hades sólo lo miró despreocupado.

-Hjum, ya veo.- Hades sólo hizo un sútil movimiento con la boca antes de apretar su espada con una ligera fuerza.- Pero... creo que te arrepentirás de eso.-

Y después de terminar con sus palabras, Hades utilizó un movimiento sutil pero muy agraciado con sus brazos, y una oscuridad se formó desde su pecho, y comenzó a engrandecerse, y empujando sus brazos, la oscuridad salió de Hades, y ésta formó algo parecido a una cúpula, y se extendió hasta golpear a todos los presentes mandandolos a volar.

Héroe DxD: Santo de Santos         (Lector x DxD)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora