Apreté mis puños. Estaba enojado.
Me odiaba por rechazar cualquier intento de olvidar el pasado, pero no deseaba que nadie tomara decisiones por mí, incluso si este era mi mejor amigo.
Subí las escaleras, entré a la habitación que ocupaba Mean cuando vivía en esta casa. Cada rincón me recordaba a él y aunque ya no estuviera su olor ahí, aun podía sentirlo vagamente en mis fosas nasales.
- ¡Aquí estas!
Me sorprendí al ver a Blue parado junto a la puerta, pero sin poner un pie dentro de la habitación.
- Basta, déjame solo – mencioné enojado.
- Plan, escuch...-
- ¡No! – grité dándome la vuelta y mirándolo de frente. – No quiero que sientas lastima por mí, no te preocupes por mí. Solo déjame conservar los recuerdos de esta mansión. No quiero ir a ningún lugar.
Blue apretó los puños, se cruzó de brazos y asintió resignado.
- Si cambias de opinión, por favor comunícamelo. Aún puedes ir al lugar que mencioné. – por ahora me haré cargo, de todo yo mismo.
- ¿A qué te refieres? – pregunté con curiosidad. No sabía a qué se refería, pero su rostro me mostraba preocupación y resignación.
- No es nada – lo solucionaré por mí mismo. – Me voy. No me gusta dejarte solo pero no creo que deseas mi compañía, pero si necesitas cualquier cosa, solo llámame y estaré aquí enseguida.
Asentí.
Lo vi bajar las escaleras y segundos después escuché el motor de su auto arrancar. Sentí el vacío frio, el silencio pulcro. Y comprendí que estaba solo, otra vez estaba completamente solo.
Escuché el sonido suave de una pieza de piano. Talvez provenía de la planta baja. ¿Por qué mi hermana tocaría una pieza tan fácil? ¿Era tan buena tocando, que solo tocaba piezas totalmente difíciles?, escuché como el sonido se detenía después de tocar mal una nota. – No podía ser mi hermana, ella nunca fallaba al tocar el piano. Y menos en aquella pieza que dominó cuando apenas era una niña.
Salí de la habitación, me acerqué a las escaleras y vi el piano al lado. Estaba vacío. Escuché unos pasos y bajé uno a uno los escalones hasta llegar donde se encontraba el piano. Toqué con mis dedos las partituras, todas en braille. Cerré los ojos, sintiendo una sensación extraña al tocarlos.
Otra vez, escuche pasos ... más pasos, se acercaban para luego hacerse más fuertes.
Prim estaba parada frente a mí, con las manos extendidas, tanteando el lugar. Mis ojos se llenaron de lágrimas, pero me di cuenta que tan solo era una niña.
- ¿Quién es? – sus manos temblaban y retrocedía, tratando de escapar.
- P', soy Plan – dije acercándome hasta ella.
- Nong – dijo relajando la tensión de su cuerpo. –¿Por qué no puedo tocar esa pieza?
- Solo necitas volver a intentarlo – eres la mejor tocando el piano.
Me abrazó. Se sentía cálido.
Desperté. El sudor recorría mi frente y mis brazos buscaron a quien estaban abrazando. Entre en pánico, no podía diferenciar entre mi sueño y la realidad. ¡No!
Mire la habitación. No era mía. Aún estaba en la habitación de Mean. ¿Cuándo me había quedado dormido?
Escuché el sonido del piano una vez más y me llevé las manos a los oídos, tapándolos para dejar de escuchar sonidos inexistentes. Pero al igual que en mi sueño, la pieza se detuvo solo cuando se equivocó una nota. El corazón se me aceleró, Sali en dirección a donde se encontraba el piano, pero cuando estuve cerca del pie de las escaleras, fui testigo de quien jugaba la pieza que había escuchado.
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TE ENCONTRARÉ |[2TEMP. BUSCÁNDOTE]|
FanfictionEsta historia es la continuación de BUSCÁNDOTE Los errores del pasado pueden ser como cicatrices , por más que intentes borrarlos aun estarán en el mismo lugar.