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CAPÍTULO 10

Mis lágrimas se congelaban, pero escuché los fuertes pasos de una persona correr hasta que llegó a mí.

- ¿Qué paso?

Era Tonam. Sus preguntas solo me agobiaban más, no podía entender lo que decía y al final solo tape mis oídos.

- Vamos, levántate – dijo tomándome de los brazos y ayudándome a ponerme de pie. Se inclino para poder pasar uno de mis brazos sobre sus hombros, mantenerme de pie y llevarme hasta su automóvil.

Dentro del automóvil, observamos a Blue en la puerta, con una expresión extraña. Y detrás suyo, Plan movía el cucharon en su mano de un lado para otro mientras hablaba. No podíamos distinguir lo que decían, pero después de que Plan le diera un golpecito con aquel utensilio ambos desaparecieron dentro de la casa con una sonrisa.

- ¿Quién es ese hombre? – preguntó Tonam, mirándome un segundo para seguir observándolos.

- Su socio, su amigo .... ¡no! – Una persona que lo ama – dijo totalmente derrotado.

Siguió haciéndome preguntas durante el camino de vuelta a casa. No respondí a ninguna de ellas, simplemente no podía hablar. Me costaba tanto incluso poder respirar. Una extraña sensación me había invadido desde el momento en que Plan me miro a los ojos con odio. ¿así se había sentido cuando, me había negado a reconocer que aún lo amaba y le había mentido descaradamente?

**

Blue salió de la habitación al escuchar la puerta principal cerrarse, observó a Plan mirando la puerta con los ojos llorosos, se los limpio y volvió a cortar los chiles. No importaba cuanto lo negara, Plan amaba a Mean y eso nunca cambiaria.

Se acercó a pasos lentos y cuando Plan lo miró fingió una sonrisa.

- Ya se fue – no debiste dejarlo entrar.

- Creí que podían hablar sobre sus problemas y talvez arreglarlo.

Plan negó con la cabeza.

- Esta tarde cuando llegaste, te comenté que todo había acabado para siempre. Hable con él y lo dejo muy claro. Es por eso que no puedo entender que es lo que quiere ahora .... – fue interrumpido al escuchar el sonido de la voz de un hombre fuera.

Blue se detuvo a escuchar y cuando abrió la puerta, fue testigo de cómo un hombre, llevada a Mean apoyado en sus hombros.

- Ya tiene a alguien más – mencionó Plan detrás suyo.

- ¿Quién es ese hombre? –

- No lo sé, simplemente escuché que es alguien quiere a Mean – Lo vi abrazándolo cuando me iba después de que termináramos lo nuestro por completo.

- Talvez no sea nada ...

- No seas tonto. – ¡vamos, se nos enfría la cena! – mencionó golpeándolo y riendo a carcajadas.

*

*

La mañana siguiente Blue se encontraba revisando unos folletos de guías turísticas. Comía un pedazo de manzana, para seguir pasando las páginas. Gritó el nombre de Plan dos veces, pero este no contestó. Aún seguía durmiendo. Blue negó con la cabeza sonriendo al saber cuan perezoso podía ser su amigo para no despertar pasado ya el medio día.

Deseaba pasar la mayor parte de su tiempo con Plan, quería poder sacar una y más sonrisas. Por eso cuando Plan salió de su habitación con los cabellos desordenados y tallándose los ojos, Blue corrió hasta el para mostrarle los folletos y con gran emoción contarle con mucho ánimo las ganas inmensas que tenía por salir.

- Vamos a ver tortugas nadar, no crees que es increíble – mencionó por enésima vez mientras comprobaban los boletos antes de subir al ferri que los llevaría a la aventura turística.

Plan sonrió al ver como su amigo sonreía de oreja a oreja y los ojos le brillaban de la emoción.

- Tomemos muchas fotos –

- Si, tomemos muchas – respondió Plan cogiendo la cámara colgada en su cuello y tomando una foto de improviso. Captando en la foto a Blue mientras miraba el horizonte.

Sonrió.

El ferri anclo en un pequeño puerto, de la isla vecina. Miraron el mar azul y las grandes rocas en formas extrañas donde las tortugas marinas nadaban dando vueltas en circulo. Una familia de tortugas, capto la vista de todos los turistas y la de su amigo. Plan se dedicó a tomar fotos de Blue y el hermoso paisaje.

- ¡¡¡Mira ahí Plan!!!, es un bebé – Gritó Blue, para tomarlo de la muñeca y acercarlo a su lado.

La pequeña tortuguita nadaba sin dirección mientras seguía a su madre. Plan pensó que era la cosa más bonita y muy emocionado también gritó:

- Mira ... mira, apenas puede nadar-

- ¿Verdad que es hermoso? –

- Si – dijo Plan tomando un montón de fotos y sonriendo sin parar.

Blue por su lado observó la sonrisa de Plan, sintiéndose feliz... había logrado que Plan no pensara más en sus problemas y disfrutara del lugar. Sé ocuparía de todo lo demás por el mismo. Lograría que Plan fuera feliz.

*

*

Nada parecía ir bien después de que, al regresar y disfrutar de un día lleno de emociones, encontraron a Mean frente a la puerta de su casa. Traía unos jeans gastados, una camisa y jugaba con su celular.

No fue consciente de su presencia hasta que se acercaron más a la puerta, alzo la mirada para ver a Plan con un brillo triste en los ojos y luego dirigir su mirada en Blue.

- Podemos hablar, He estado esperando por unas dos horas. – ¿Dónde estabas?

- Lo siento, pero me encuentro exhausto – Mencionó Plan con indiferencia. – podrías avisarme antes de venir, talvez así te ahorrarías la pérdida de tiempo.

Así Plan siguió su camino y abriendo la puerta entro a su hogar, saliendo para rara a Blue quien se había quedado estático en el mismo lugar, mientras miraba fijamente la expresión en el rostro de Mean.

- Blue, vamos entra –

Blue obedeció, entrando y cerrando la puerta, mirando a Mean que lo observada a los ojos.

*

*

Mean regresó a casa. Su padre lo esperaba en la puerta con Katy de la mano. Katy corrió hasta llegar a su lado cuando lo vio aparecer por el camino, Mean se sentó de cuclillas para recibirla y con una inmensa sonrisa la abrazo en sus brazos.

- Te extrañe –

- También te extrañe mi vida – mencionó Mean llevándola en sus brazos hasta la casa y entrando junto a su padre.

Sus días en la isla habían cambiado al pasar los días y los meses. Su padre había vuelto a sonreír desde el día en que conoció a la pequeña niña. Ahora amaba a la niña cada día un poco más y todo porque siempre había deseado tener una hija. Sabía que era imposible pero su padre había puesto toda su esperanza en él.