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CAPITULO 40

La mañana siguiente Tonam bajo las escaleras para tomar su maletín y salir de casa. Aun se sentía avergonzado y muy culpable por no haber llegado a casa la noche anterior justo para la cena. Al verlo frente al comedor hizo que desviara la mirada, tratando de pretender no haberlo visto.

Blue al percatarse de su presencia, dejó los platos que lavaba sobre el lavado y se acercó a Tonam.

- Hey Khun –

- Buenos días – respondió Tonam, apresurando sus pasos hasta la salida.

- Debiste decirme que no querías cenar conmigo. Si hubieras sido sincero, no hubiera tenido que esperarte durante varias horas y no hubiéramos desperdiciado tanta comida.

- Tenía mucho trabajo.

- Y no tuviste tiempo de mandar al menos un mensaje.

- No entiendo. – se apresuró a decir Tonam, lamiéndose los labios y suspirando con frustración. – Está bien. Lo siento, pero no tengo porque darte explicaciones. La próxima vez que no llegue a casa, simplemente no me esperes.

Blue guardo silencio. No tenía idea porque estaba actuando de esa manera. Había estado preocupado la noche anterior y había practicado las palabras que diría apenas se vieran, pero nada estaba saliendo como lo había planeado.

- ¿Es por lo que dije ayer? – soltó en un impulso.

Tonam detuvo sus pasos. No se giró para verlo, pero su cuerpo tenso demostraba que aquella pregunta le había caído como un baldazo de agua fría.

- No me respondas – Se apresuro a decir Blue, mientras se maldecía por dentro. – No creo que sea necesario. Tu actitud conmigo, ya me lo ha confirmado. Suerte en el trabajo. — Dijo regresando a la cocina para continuar lavando los platos.

**

Continuar trabajando le estaba costando demasiado. Su padre lo había llamado a su oficina varias veces. No quería seguir escuchando ninguna sola palabra, ya que cualquier información que estuvieran dándole en ese momento no era importante. Su cabeza no había dejado de pensar en Blue y en la discusión que habían tenido apenas unas horas antes por la mañana.

¿Qué les estaba ocurriendo? ¿Por qué su corazón había latido tan rápido cuando Blue lo había llamado con un apelativo tan tonto como "lindo"?

- Estás de acuerdo ¡verdad?

Tonam asintió.

- Gracias hijo. Tienes unas horas antes de que llegue, por favor preséntate más presentable, que esto – agregó viéndolo en su uniforme de médico.

- Si te hubieras puesto uno de esos esmóquines lindos que casi siempre usas, hubiera sido mejor.

- ¿Qué? ¡lindo? – preguntó, sin entender nada. Pero muy interesado porque había mencionado la palabra "lindo" que ahora lo atormentaba.

- Claro. Debes vestirte muy presentable. No recibirás a cualquiera. Se trata de la hija de uno de nuestros más grandes accionistas y también una grandiosa y reconocida Doctora especialista en cardiología de la universidad de Stanford.

- Ahh, entiendo. ¿Cuándo llegará?

- ¿No has estado escuchando?, te informé que llegaba en unas horas. Regresa a tu casa y vístete con lo mejor que tengas. Debes ir por ella al aeropuerto en Isla Koh Phi y luego traerla hasta aquí.

Tonam asintió. Se despidió y regreso a su oficina en busca de su maletín. Durante su viaje de vuelta a casa, no podía pensar en que le diría a Blue cuando se vieran. Apenas habían pasado unas horas y sentía como la brecha que se había creado entre ellos por la discusión era cada vez más grande.