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CAPÍTULO 44

Cuando regresaron y cruzaron la puerta principal, todos los miraban con atención. Sus padres parecían estar algo nerviosos, pero cuando War les pidió hablar a solas, asintieron y en silencio se dirigieron al despacho del Sr. Kijworaluk.

- Honestamente... – comenzó War aun con dudas, tratando de armar las oraciones correctas al hablar. – ... me gustaría agradecerles por todo lo que han hecho por mi durante tantos años.

Escuchar aquellas palabras de agradecimiento, hizo que el estómago del Sr. Kijworaluk se estremeciera con un dolor inexplicable, esperando escuchar lo peor. Anticipándose ante la despedida.

- Mi vida cambio desde que conocí a su familia. – agregó War, mirando a los ojos del Sr. Kijworaluk – Me enamoré de la jovencita más hermosa y amable que conocí. Su hija me enseño que el amor no tiene nada que ver con el status social y ustedes me enseñaron que el amor de familia no solo consta de tus familiares de sangre. –

Los ojos de War se llenaron de lágrimas y sus manos temblorosas se apretaron en un puño, cuando intento contener las inmensas ganas de llorar.

- No ... no quiero dejarlos – susurro dejando que sus lágrimas por fin cayeron.

- Mi niño – mencionó la mujer, corriendo a abrazarlo.

War no se resistió y abrió los brazos cuando la mujer lo abrazo con mimo, dándole palmadas en la espalda y repitiéndole palabras llenas de amor. Su marido se mordió el labio inferior, quedándose estático en el mismo lugar.

- ¿Ya no planeas, seguir tus estudios en el extranjero? – preguntó el hombre.

War lo observó con lágrimas en los ojos. No podía descifrar las palabras del hombre mayor. No sabía si había decepción en su pregunta o solo curiosidad.

- Yo... – tartamudeó War con duda. – Aún no lo he pensado. – dijo al final.

- No necesitas pensar en nada. Lo que sea escojas, está bien. – dijo el Sr. Kijworaluk, acercándose a abrazarlo.

"hijo"

War escuchó como el hombre le repetía una y otra vez "hijo" mientras lo abrazaba con cariño.

*

*

Dos semanas después War partió de vuelta al extranjero. Había decidido seguir con sus estudios. Esos días habían servido mucho para la familia de Plan. Sus padres parecían volver a ser la pareja más feliz del mundo. Mean y su padre ahora eran más íntimos a los padres de Plan y Katy se había ganado del cariño de todos. Incluso mucho más de su cuñado, War.

- ¡Adiós, tío! – gritó Katy cuando lo vio alejarse con maletas en mano.

War le regalo besos volados, hasta que desapareció de su visión.

- Papá. ¿Cuándo volveremos a ver al tío War? – preguntó Katy inquieta, de la mano de Plan.

- Muy pronto cariño – respondió Plan con una sonrisa. – Talvez en las vacaciones de verano.

- Ya quiero que sean las vacaciones de verano – dijo saltando y tomando la mano de su otro padre.

Sus padres rieron al escuchar lo que la pequeña decía.

- Nosotros también deberíamos irnos. – dijo Plan.

- Ya casi es hora. – agregó Blue mirando su reloj de pulsera.

- ¿Cuándo volverán? – preguntó la madre de Plan.

- No lose mamá

- Si no vienen a visitarnos, nosotros iremos a visitarlos – dijo su marido mirándola con cariño.