CAPÍTULO 47

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Mean sonrió después de salir del baño y ver a Plan aún desnudo buscando dentro de los cajones de su closet. Paso por su lado acariciando su pecho desnudo, causando que Plan se retorciera ante el contacto de sus cuerpos.

- ¡Basta!

Mean rio a carcajadas, antes de quitar sus manos.

- Está bien ¡está bien! – respondió poniendo las manos en alto.

Se vistió, saliendo de casa después de verificar una y otra vez su maletín. Plan había estado triste después de escuchar que se quedaría en casa de su padre después de las tres noches seguidas llenas de trabajo. Talvez no quería aceptarlo, pero gran parte suya deseaba no despegarse de Plan ni por un segundo.

Encontró a su padre frente al televisor, mirando algún programa cómico. Las carcajadas se escuchaban incluso antes de que entrara a la casa. Cuando su padre se giró para verlo, le regalo una sonrisa y le indicó el lugar exacto donde había dejado algo de comida para él.

Buscó dentro del refrigerador, encontrando un gran plato de pasta que metió en el microondas y mientras esperaba, pensó en las posibles posibilidades de mudarse completamente a la casa de Plan. ¡No! Sacudió la cabeza varias veces, intentando sacarse la idea de la cabeza. Pensó en su padre. Ahora estaba solo y no planeaba abandonarlo. Pensó en Katy y la idea de hacerlo fue más lejana.

El sonido del microondas lo sacaron de sus pensamientos. Comió en el comedor. Mirando la espalda de su padre cada cierto tiempo.

- Papá... – lo llamó con cuidado.

- ¿Umm? – respondió sin voltear a verlo.

- No es nada. – agregó, sacándose la idea de mencionar la idea que traía en mente.

Su padre volteo para observarlo con curiosidad, pero no dijo nada.

*

*

Cuando por la tarde llegó al hospital, se dirigió a la oficina de su amigo. Se detuvo cuando observó a Blue dentro de la oficina, sentado en el sofá con una lonchera de comida sobre la mesa mientras conversaban de los platillos con una sonrisa en los labios y una mirada llena de amor. No quería interrumpir, así que se dio media vuelta, caminando en dirección a la sala de emergencias.

Horas después se encontró con Tonam en uno de los pasillos. Este le dio una sonrisa y siguió su camino.

- Hey! – dijo Mean, deteniendo a Tonam.

- ¿Qué? –

- Felicidades amigo.

- Gracias amigo – respondió con una sonrisa, siguiendo su camino con la felicidad reflejada en su rostro.

Después de tanto trabajo, Mean dejó su bata sobre una de las sillas, se recostó sobre la otra y cerró los ojos debido al cansancio. Dio un brinco cuando escucho la puerta de la habitación abrirse con brusquedad.

- ¿Tratando de descansar? – preguntó Tonam al verlo cansado y decaído.

- Si. – respondió Mean sobándose los ojos y acomodándose los cabellos rebeldes que cayeron ante sus ojos.

- ¿Tienes algo de tiempo, para tu queridísimo amigo?

Mean lo observó, para luego rodar los ojos.

- No. Claro que no.

- Vamos. Si que puedes darme un tiempo. Somos amigos, ¿no?

En el rostro de Mean se formó una pequeña sonrisa, sacudió la cabeza y alzo la mirada para mirar el rostro desencajado de Tonam.

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