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— oficialmente tienes redes sociales— Emma me entrega mi teléfono y frunzo el ceño al ver que publico una foto en la cual no estoy para nada favorecida

— borra eso— ella sonrie divertida y bebe de su bebida— vamos Emma

ella suspira antes de volver a tomar mi teléfono y borrar la foto

mientras está distraída me permito detallarla: viste unos pantalones entubados más una remera cuello alto, su piel caribeña luce sin ningún gramo de maquillaje y por ultimo su rizado cabello se encuentra atado en una coleta desprolija dejando varios mechones fuera de esta. hace aproximadamente cinco minutos que estamos desayunando en la cafetería y todavía no pude ni morder mi manzana, la cafetería esta repleta, como dije antes de hormonados por lo que me siento asfixiada y observada.

—aquí tienes—agarro  mi teléfono y verifico no tener nada, ella carraspea y la miro —¿Lo conocías?

Frunzo mi ceño

—¿A quién? — bebo de mi jugo y ella señala hacia una de las esquinas, miro hacia donde me guia y mis ojos captan al pelinegro. Ya no está con sus lentes, pero si con su capucha. Se encuentra hablando con unos chicos mientras textea en su teléfono — Oh, no.

La miro y llevo mi sándwich a mi boca cuando entrecierra los ojos hacia mi dirección

—Que raro, parecían conocerse.— bebe de su jugo —por cierto ¿Qué clase tienes ahora?

Trago

—Economía—hago una mueca

—Ash, yo literatura.

El timbre suena y las personas comienzan a pararse junto con sus bandejas casi vacías, yo los imito y tiro las sobras. Me despido de Emma  y camino hacia el salón que me corresponde, al llegar me siento en el último de los asientos y comienzo a sacar mis útiles.

De repente una sombra se expande frente a mí y me quedo quieta

—Con que la rubia es una de las nuevas— muerdo el interior de mi mejilla y lo observo — Que tal, arruina  pinturas.

Miro hacia los costados y el ríe entre dientes

—¿Excitada?

—¡Dios no! ¡Ya basta con eso!— el da la vuelta y se sienta en el asiento de al lado —¡¿Qué haces?!

El saca las cosas de su mochila y las deja en  el banco

—Pues ¿No es obvio?

No se cual es mi cara pero sea cual sea lo divierte

—Eres muy asustadiza ¿tus papás no te dejaban ver películas de terror de niña o algo asi?

Miro hacia el frente ignorandolo

—Es de mal educación no responder Coraline — no se si lo que más me sorprendió fue mi nombre dicho por el o directamente su voz. Lo miro de reojo — También lo es ignorar...

—¡Ya callate!— el salón el cual estaba repleto de murmullos se queda totalmente en silencio, alguien carraspea mientras el pelinegro sonríe victorioso

—Señorita— miro al profesor que justo ahora tenía que aparecer— baje tres tonos porfavor

Asiento avergonzada  acomodandome en la silla

—Mercury— el profesor saluda a el pelinegro— un gusto tenerte devuelta en mi clase

El pelinegro sonríe

—El gusto siempre será mío señor shepard

Aprieto mis puños y el tal mercury suelta una risita divertida

tres besos [LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora