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Los tenues rayos de luz se colan por mi ventana, el aire fresco ondea mis cortinas y los brazos de rayan me envuelven perfectamente cubriéndome por completo. Sin abrir los ojos acerco mi rostro al suyo, donde siento nuestras narices rozar.Tal acto me hace sonreir levemente y me acurruco en sus brazos.

Quien diría que me encontraría asi con el despues de tanto. Digo, al principio me fastidiaba demasiado, aunque yo tambien fingía que eso me molestaba, cuando la realidad era que me encantaba ese lado intenso de su parte. Supongo que fuimos conociéndonos de apoco hasta llegar a esto.

la vez de los cuadernillos fue la primera vez que lo vi. Aun recuerdo su vestimenta desarreglada, sus lentes oscuros y la típica paleta que siempre le gusta comprar. Recuerdo su actitud de "no me importa nada" la cual resultó ser una simple mascara.

tal cual como mi mascara, porque tambien quiero reconocer que siempre estaba a la defensiva, nunca me mostraba del todo. Pero lo cierto era que nunca había tenido tanta atención, ni de chicos ni de personas que quisieran ser mis amigos. Quizás eso me hizo más cautelosa y observadora. Quizás eso me hizo crear tal máscara.

pero ahora la diferencia es tanta....

la aspereza de sus dedos se sienten en mi mejilla, de inmediato sonrio.

—Siempre tan bonita— dice con voz ronca.

retengo el aire y abro los ojos, suelto una pequeña risita y el besa mi frente.

— Buenos días cielo.

carraspeo y el frota mi espalda desnuda.

— Buenos días Ry...

bostezo y el afloja un poco su agarre, me siento apoyando mi espalda En el respaldo y froto mi rostro.

—Sabes, esta cama no está tan mal.

rio por lo bajo

— La tuya me gusta más— Entrecierra sus ojos en mi y una sonrisa picara se forma en su rostro.

— ¿Ah si?

asiento pero luego frunzo el ceño

— ¡No seas puerco!— el rie y pellizco mis mejillas.

— Amo excitarte— sonrio y niego

— Vaya que si...

me estiro y el aprovecha para tirar de uno de mis pezones, gimo y golpeo su frente.

— ¡No!— mascullo y el hace un puchero— Controla tus manos.

— Cielo— me hace ojitos y evito reir— Necesito desayunar

arqueo una ceja

—¿Y mis pechos son un desayuno para ti?

lo piensa y niega

— Toda tu lo es.

agarro su rostro y el rie mientras comienzo a dejar besos por todos lados.

— Deja. De.Enamorarme

niega

— Jamas

termino en sus labios donde me deleito con su suavidad, me subo en su encima y cuando sus manos comienzan a tocar todo mi cuerpo me separo.

— No podemos hacer mucho ruido— Digo jadeando

el chasquea su lengua

— Tu tranquila, acomódate mejor.

dudo y el besa mi frente

— Vamos, no haremos ruido.

me acomodo mejor sobre el y miro apenada el rastro de humedad que dejo en su piel. El agarra un condón y lo ayudo a colocárselo. Muerdo mi labio cuando el me agarra de la cintura y me eleva un poco para que su miembro entre a mi sexo.

tres besos [LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora