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Okey....

Esto es incómodo

Pero demasiado

Estamos hace media hora sin decir una sola palabra, simplemente nos observamos  en silencio y creo que hasta me está analizando.

Es lo que estoy haciendo yo con el y como tiene la misma expresión que yo, supongo que el está haciendo lo mismo.

Sus ojos, son verdes como los míos. Sólo que los suyos son sólo verdes oscuro, mientras que los míos son una rara mezcla de verde claro con destellos oscuros y a veces  pueden oscurecer demasiado depende del día o mi estado de ánimo. Su cabello, es igual al mío. Sólo que algunas canas se esparcen por el.

También me veo comparando nuestros rostros. Los cuales sólo la parte de arriba es similar. El resto no se asemeja, a diferencia de Bruno que su rostro es un calco. La diferencia de bruno con Erick es que su cabello es un rubio claro y sus ojos son azulados, como los de su madre maevery.

Que loca que es la genética ¿No?

El carraspea y elevo mis cejas esperando a que hable

—Háblame de ti —me sorprendo— quiero conocerte

Río de forma sarcástica y lo miro pasmada

—Me conoces hace años Erick—digo lo obvio

—Nunca pasabas  mucho tiempo aquí y este año...

—Solamente tienes la versión que mi madre mostró Erick— el se endereza y junta sus manos— ¿Qué quieres saber?

—¿Qué te gustaría ser?

Rasco mi nuca y me encojo de hombros

—Alguien, supongo.

Ladea su rostro y me pregunto si tal gesto lo saqué de el.

—¿Sólo quieres ser alguien? ¿Y que quieres hacer para serlo?

Entreabro mis labios y lo observo

—Quiero ser alguien feliz —juego con mis manos— Poder avanzar, hacer las cosas bien, ser lo que me gustaría que mi madre fuera y que nunca fue.

Sus ojos se suavizan y endurezco mi mandíbula. No quiero que me observe así.

—Tu madre se equivocó...per-

Niego

—No trates de defender lo indefendible. Ella mintió y abandonó a su hija. Por ti — el frota sus manos y asiente tenso— No me importa su ridícula historia, mucho menos sus encuentros amorosos. Lo que importa aquí, es saber que se equivocaron y que gracias a eso pagué yo. ¡Esto es nefasto! ¿No lo vez? ¿Acaso soy la única jodida aquí?

Niega

—Acabo de enterarme que tengo una hija coraline, no eres la única jodida.

Río

—No soy tú hija—aclaro y el me mira dolido— tampoco quiero serlo, porque, no se si te has dado cuenta. Pero mi padre se encuentra luchando por su vida en Londres. Mientras que tú simplemente eres el esposo por el cual mi madre me abandonó.

El me observa y me enderezo

—No es mi culpa ¿Lo sabes? Tampoco voy a rogarte para que entiendas. Nuestra historia fue complicada, tanto que cuando la oportunidad se nos  dio, la tomamos. Nos casamos y puede que hiciéramos las cosas mal priorizandonos nosotros antes que nuestros hijos. Cecilia se equivocó, pero yo también lo hice al no elegirla.

El resopla

—No es excusa y lo sé, sólo quiero recuperar el tiempo  que perdí con mi hija, porque si ¡Eres mi hija! Y puede que Richard te haya criado ¡Pero no es mi jodida culpa! Quiero que me des la oportunidad de intentarlo. Dame la oportunidad que tú madre me quitó.

tres besos [LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora