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siento mis dedos ser envueltos por los de el, le sonrio mientras observo a los autos pasar y balanceo nuestras manos unidas causándole gracia.

—¿Qué hora será?

—No tengo idea

ruedo los ojos

—Nuestras madres nos matarán.

—No lo creo, mi madre debe estar mirando sus novelas y la tuya debería....

—Estar tomando su té de tilo

miro el cielo nublado y le sonrio

—¿Cuál es tu recuerdo favorito con ella?

miro hacia el oscuro cielo y frunzo mis labios pensando

—Recuerdo cuando de niña quería ser como ella, me ponía sus tacones y aretes, me paraba frente al espejo y sonreía— miro las puntas de mis pies— Ella se quejaba de que tocaba sus cosas pero luego me sonreía y decía que seria hermosa de grande, que ella se encargaría de que todos apreciaran lo importante y especial que sería.

niego recordando

—Eres hermosa

lo miro de reojo y pregunto

—¿como hago para verme como tú lo haces?

—Solo parate frente al espejo y obsérvate ¿recuerdas la noche en tu habitación?

asiento

—Haz lo mismo, y en vez de mirar lo que no te gusta enfócate en lo que si. Dime algo de ti que te guste

lo pienso

—Me gustan mis lunares..

—Di algo más

—Mis ojos tambien no están mal

—¿No están mal?—frunce el ceño indignado — Tus ojos son la mejor combinación de verdes que vi en mi puta vida

sonrio agradecida

—Estas subiéndome el ego

sonrie

—Entonces lo estoy haciendo bien. Otra cosa

—Esto puede ser muy loco pero....me gustan mis dedos

el aprieta sus labios y rio

—¡No te rias!

—¡No lo hago!

niego

—Tambien mis pies, una vez Emma dijo algo sobre vender fotos de ellos.

—¿qué?— suelta una carcajada y tapo mi rostro avergonzada

—¡Lo sé! pero pagan bastante bien ¿nunca te fijaste en mis pies?

—Nunca me los has mostrado

rio por lo bajo

—Tal vez lo haga luego...

entrecierra sus ojos en mi

—Conseguí que me ofrecieras ver tus pies, soy genial.

niego y jadeo cuando una enorme gota de agua me golpea el rostro

—¿Es lluvia verdad? No sería muy amigable que un ave me haya cagado o algo asi

como respuesta agarra mi mano y corre mientras las gotas de agua nos caen de forma brusca, se ve que no es una lluvia liviana, sino una tormenta que va a arrasar con nosotros si no nos damos prisa. Jadeo tratando de no resbalarme con los grandes charcos y frenamos bajo una terraza, el me mira con los mechones azabache pegados a su frente y jadeando.

tres besos [LIBRO 1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora