#55 Las palabras, un arma.. de doble filo.

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-Y dime... ¿Sabe algo de esto Harry? –me pregunto Val observándome detenidamente-

-¿Y porque diablos debería saberlo Val? No somos esposos, no le debo explicaciones a nadie –dije de mala gana mientras de un trago tomaba el tequila pidiéndole otra ronda al mozo.

-Spring..¿Alguna vez viniste a este lugar? –pregunto Val algo asustada mientras observaba a su alrededor.

Negué con mi cabeza seguido a una carcajada.

-Me han dicho que si sales con tu bolso después de las 2 te tendrías que considerar afortunada –dije divertida mientras observaba el bar más problemático y desastroso de la ciudad-

-¿Y porque estamos aquí Spring? ¡Estás loca! –exclamo Val, largue una gran carcajada al oír el tono de histeria que tenía.

-Venimos en taxi y ya le pague al mozo, tenemos canilla libre –le dije guiñándole, sus ojos bañados en horror me observaban mientras que el mozo remplazaba otra bandeja de chupitos. –Sírvete cariño –susurre mientras tomaba un vaso en cada mano.

-¿Discutiste con Harry, con el mundo o con dios? –pregunto Val mientras que yo me tomaba de uno los tragos sintiendo mi garganta estallar.

-¡TODO GIRA ALREDEDOR DE LOS HOMBRES! –Grite golpeando el vaso contra la mesa – Dios, Harry, el mundo... Todos son los hombres, son los que te engañan, los que te usan, los que te desprecian... –grite viendo como más de un rostro se volvía a mí.

-No tienes por qué ponerte a pensar en este momento Spring, de verdad estos tacones son de la última colección de Gucci y prefiero volver a mi casa calzada –susurro Val mientras me quitaba el vaso de la mano mientras yo ignorándola tomaba otro. –

-¿Por qué los hombres son tan idiotas Val? –le pregunte casi en un susurro mientras me llevaba a la boca el vaso de vodka.

-Estas mezclando bebidas Spring, vas a terminar con coma etílico y yo voy a morir del pánico –susurro Val cuando yo solté una risa.

-Yo era como tú ¿sabes? Era inocente, tierna, una idiota… hasta que un estúpido me rompió el corazón –dije divertida-

-Spring... –dijo Val pero la interrumpí negando con mi cabeza-

-Debes dejar de pisotearte por lo hombres... –susurre- ¡Los hombres no valen! –Grite mientras tomaba otro gran trago de vodka y mis ojos se llenaban de lágrimas- Mírame Val... mírame, lo tengo todo pero siento que no tengo nada... ¿Sabes lo que es sentirte desafortunada, desgraciada… una total patética e idiota? –le pregunte observándola fijamente, los ojos bañado en pena de Val me miraban expectantes.

-Tu no... –dijo pero la volví a interrumpir-

-Estoy con un hombre al cual no amo Val... –susurre, pude ver como su mandíbula caía al piso, solté una carcajada mientras vaciaba el vaso de vodka. –Soy una maldita perra que engaño al hombre perfecto con un completo idiota... –dije encogiéndome de hombros cuando solté otra carcajada mientras mis ojos se llenaban de lágrimas... -¿Sabes la mejor parte? –Le pregunte cuando ella acerco su mano acariciando mi cabeza negando con su cabeza- Se sintió como el maldito infierno... –dije soltando otra carcajada- ¿Recuerdas que solía tomar pastillas pesando que tenía serios problemas de estimulación? –pregunte y ella asintió- No necesitaba pastillas, solo lo necesitaba a el –dije mientras tomaba otro chupito cuando solté otra carcajada. –No sabes lo perfecta que es mi vida Val, obviando la mejor parte no... Porque claro, mírame, no puedo simplemente tener la vida perfecta sino que mi peor pesadilla es el mejor amigo de mi novio y como si fuera poco hace unas horas los deje tirados a ambos invitándote a ti a una gran cena terminando en este bar de mala muerte –susurre ya casi con la voz apagada mientras mis ojos se llenaban de lágrimas.

Princesa del desastre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora