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Me desperté a causa de unos pequeños golpecitos en la puerta, me incorpore de golpe en la obscuridad mientras encendía la lámpara que tenía a mi lado.
Una cabellera castaña y larga fui lo primero que vi seguido de una señora cuarentona de sonrisa amable.
-Señorita... ya cerrare la cocina y tengo ordenes de verla probar por lo menos un trozo de pan... –dijo ella sonriéndome-
-¿Derek? –pregunte algo nerviosa mientras me levantaba de la cama calzándome mis tacones.
-El Sr. Derek salió luego de dejar su habitación, aún no ha vuelto –dijo ella-
-¿Cómo que no ha vuelto? –le pregunte observando a mi alrededor, la cortina semitransparente dejaba ver la noche por el gran ventanal.
-No se preocupe, él está bien, siempre lo está –dijo-
¡Esto era patético! Me encerraba aquí porque ambos corríamos peligro y en la primera de cambio se iba.
-No se enoje Señorita, coma algo que la hará sentir mucho mejor... –dijo ella-
Asentí ignorando toda aquella rabia mientras caminaba hacia ella...
-Gracias...eh... –susurre mirándola-
-Mi nombre es Matilda Señorita dijo ella mientras me guiaba fuera de la habitación.
-Y el mío Spring –le dije dándole una pequeña sonrisa.
Matilda me guio por aquella casa mientras yo me veía absorbida entre la belleza rustica de aquella casa.
-¿Esto es de Derek? –pregunte algo incomoda-
-Sí, es su casa de campo o relajación... fue la primera casa que adquirió en su vida, es bastante importante para el –Me dijo Matilda mientras me señalaba una enorme mesa repleta de comida.
-¿Quiénes vendrán a comer? –pregunte mirándola-
-Nadie, no sabía que hacerle así que pensé en hacerle varias posibilidades –dijo Matilda-
-Sera un gran desperdicio de comida... –dije algo avergonzada-
-Hay muchos trabajadores Señorita, le apuesto que ni siquiera una manzana se desperdiciara.
-Eso espero.
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Trague el ultimo trozo del pastel de carne que me coloque en el plato, no tenía apetito, en realidad nada de apetito, me parecía algo estúpido e incoherente. ¿Por qué pareciera que me estaba encerrando bajo treinta llaves? Si estamos en peligro los dos, se supone que deberíamos estar juntos.
Vi la decepción en el rostro de Matilda al ver lo poco que comí, intente decirle que estaba delicioso pero mi apetito no ayudaba... creo que se lo creyó. Tiempo después me informo que se tenía que ir a su casa ya que al parecer todos los trabajadores tienen su propia casa alrededor, me ofreció su compañía pero me negué... no quería encerrar a otra persona conmigo; así que luego de prepararme un té y desearme las buenas noches se fue.
La casa era majestuosa y por lo que vi por las ventanas parecía una hermosa finca, recorrí lo que pude algo asustada por la obscuridad y los nervios y termine acurrucada en un sillón al frente de la puerta. Observe el gran reloj de la pared viendo que marcaban las tres de la mañana.
Ya estaba a punto de largarme a llorar cuando las grandes puertas se abrieron.
Escuche una risa femenina seguido a voces... la voz de Derek...la de...
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Princesa del desastre.
De Todo-Así que en otras palabras, lo que usted me propones es... ¿Ser el novio de su hija? |Todos los derechos reservados| 20.10.2014