Princesa del desastre.

#13 Rebecca, la viuda negra

MULTIMEDIA: Rebecca 

-¿Estarás toda la tarde enojada conmigo por el simple hecho de que te bese? –pregunto Derek de mal humor, no le respondí mientras cambiaba de mala gana la tele en busca de algo potable.

-A veces eres tan infantil –dijo el levantándose del sillón-

-¡Y tú eres un bruto! –le solté-

-¿Bruto porque? ¿Acaso tú no querías que te besaras? Actúas como si el besarte fuera pecado, o algo importante. Son solo besos –dijo el pareciendo estresado-

-¿Eso es lo que son? –Le pregunte dolida- ¿Solo besos? –pregunte mirándolo fijamente-

-No, no quise decir eso –dijo el, gruño pateando el sillón- Eres tan perseguida, piensas todo el tiempo que veo a chicas y cuando quiero demostrarte algo de afecto me rechazas...

-No te rechazo, simplemente me incomoda besarte en público –dije yo encogiéndome de hombros-

-¿Qué? ¿Sientes vergüenza de estar con un chico como yo? –pregunto él.

Quede atónita mirándolo ¿Cómo podría pensar semejante cosa? ¡Estaba demente!

-Wow, gracias –dijo el caminando hacia su cuarto dando un sonoro portazo que me dejo con los pelos de punta.

Y luego la infantil era yo.

Me levante yendo a su cuarto, abrí la puerta lentamente para verlo sentando a la orilla de su cama con su cabeza entre manos.

-No me avergüenzas tú, sino yo –susurre cerrando la puerta detrás de mí-

-¿De qué hablas? –pregunto el levantando su rostro-

-Es que... yo no lo sé hacer y es suficiente con la vergüenza que siento contigo como para que todo el mundo lo vea –susurre- Nunca me avergonzaría de estar con alguien como tú, todavía no comprendo cómo es que siquiera te acercaste a mí –dije mirando al piso- Es difícil para mí, tal vez tengas razón, soy bastante infantil... nunca te dije que yo era algo fácil –dije-

-No nena, yo estaba seguro desde el primer momento que te vi que nada era fácil contigo –dijo el abrazando mi cintura.

Derek acerco sus labios a los míos cuando el timbre sonó.

-No hay nadie –dijo el tomando mi rostro entre sus manos.

-Derek ve ti –Dije pero sus labios me interrumpieron, me aparte de ellos mirándolo con mala cara. –Debe ser importante –dije yo-

-La práctica hace al maestro –dijo el mientras de un empujón pegaba nuestras anatomías.

Adiós coherencia de Spring, adiós cordura, adiós pensamiento, adiós neuronas.

¿Por qué sus labios encajaban tan bien con los míos? ¿Por qué olía tan bien? ¿Por qué sabia tan bien?  ¿Por qué sus manos me hacían sentir así?

-Comprendo porque tienes a tus pies a todas esas chicas –susurre contra sus labios mientras sentía el colchón bajo mi cuerpo... Ahora díganme como fue que llegamos a esto.

-Solo quiero a una chica a mis pies –susurro sonriendo mientras acariciaba mi mejilla.

Mi corazón se hincho y por un microsegundo dejo de latir, mire los ojos brillosos de Derek y me sentí en el cielo. Este chico era tan perfecto que dolía.

-¿Interrumpo algo verdad? –pregunto una voz femenina, empuje de golpe a Derek apartándolo mientras me incorporaba...

La cabellera rubia, el color bronceado, esos ojos cafés... ¡Era Sam!