#29 El tiempo pasa, las heridas sanan y el amor crece.

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-¿Así que ahora estamos bien? –Pregunto papa-

Yo me mire las uñas mordiéndome el labio.

-Simplemente vine a pedir disculpas, no me comporte como debo hacerlo, pero eso no quiere decir que te perdone. Tampoco quiero hablar de eso, déjame digerirlo, tampoco presiones, no quiero que me hables de eso –susurre diciendo las palabras que había memorizado toda la mañana- Pero no... –Dije y ahora lo mire fijamente- No pienses que por digerirlo piense en aceptarlo. Esa mujer tiene prohibida la entrada aquí y si vas a llegar a hacer algo con ella quiero todos los acuerdos de la herencia de mi madre. Que tú seas ignorante no significa que yo lo sea –dije pareciendo más distante de lo normal, lo amaba, pero debía hacer esto.

-Tu madre antes de morir hizo un acuerdo, todas sus pertenencias como herencias se te darán a los dieciocho, nadie puede tocar lo de tu madre si no eres tú. Al igual que lo mío. Aunque me case 10 veces el día que muera solo tendré una heredera –dijo el-

Asentí mirando hacia el ventanal donde el sol parecía iluminar todo el cielo.

-¿Volverás a casa? –pregunto él y volví a asentir-

-Es miércoles, aun me quedan 4 días de vacaciones, son épocas de exámenes finales he ido a la categoría A de todos así que no es mucho cargamento –susurre incomoda-

-Felicidades, es algo muy importante salir de la escuela con honores... –me dijo el, yo asentí- No puedo creer que falte tan poco para tu graduación, para tu cumpleaños... –susurro el-

-No me lo recuerdes por favor –susurre y no era broma, era totalmente en serio.

No había cosa que más me atormentara que pensar en mi graduación o de mi cumpleaños número dieciocho sin mi madre. Aunque lo veo como una ventaja, en esta época del año es la que más debo enfocarme en los estudios, necesito todos lo que este en mis manos para pasar como la mejor alumna, debo hacerlo, por mí, por mi padre y por mi querida madre. Se lo debo, le debo la hija que se merece.

Una con una carrera, con una profesión, una hija por la cual estar orgullosa.

-Debo ir a la oficina a arreglar unos contratos con unos chinos pero vendré a la noche –dijo papa, yo asentí mirando la ventana.

-Adiós –susurro él y yo volví a asentir-

Escuche la puerta cerrarse y el pánico se apodero de mí, corrí fuera del despacho corriendo hacia mi padre, lo abrace apretándolo contra mi oliendo el mismo perfume que usa desde mi nacimiento. Los brazos de mi padre me envuelven y me siento mejor.

Siéntete orgullosa ma.

**

-¿Por qué no me dijiste que falta poco para tu cumpleaños? –me pregunto un Derek en calzoncillos despeinado y somnoliento, me reí viendo la cara que tenia de dormido y me encogí de hombros.

-No me gustan los cumpleaños –susurre-

-Cumples 18 Spring... ¿Quién no quiere tener esa edad? –pregunto el volviendo a la cama para arrastrarme hacia el-

-¿Tu querías tener 18? –Le pregunte acariciándole el pecho-

-Claro que si, así me sentiría menos culpable –dijo el-

-¿Culpable de qué? –le pregunte y el negó con su cabeza.

-De las cosas que hacia –dijo encogiéndose de hombros... ahí vamos de nuevo.

Me puse de rodillas arriba de la cama pasando una pierna sobre Derek para así quedar arriba del... y de sus calzoncillos.

Lo tome del mentón subiendo su rostro para comenzar a dispersar besos, sus manos acariciaron mi espalda lleno hasta el broche de mi sostén el cual desabrocho.

Princesa del desastre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora