ANDRAS: En el corazón del infierno (Libro 2 saga CIUDADES MALDITAS)

CAPÍTULO XXX: ÉXODO (PRIMERA PARTE)

 "He aquí, yo enviaré un ángel delante de ti, para que te guarde en el camino y te traiga al lugar que yo he preparado"

Éxodo 23:20

✠•✠•✠•✠•✠•✠•✠

ADVERTENCIA: Nunca advierto nada, pero en este capítulo hay una escena con descripción muy gráfica de violencia. Solo por si acaso, recuerden siempre que todo esto es ficción.

Lo observó en silencio sintiendo el pecho lleno de tanto amor, que llegaba a desconocerse a sí mismo. Nunca había albergado un sentimiento tan intenso. Nunca había querido tanto a alguien hasta llegar al punto de saber que con gusto moriría por esa persona. Pero el punto era, de hecho, que no quería morir. Liam se había descubierto más de una vez imaginando una vida larga y feliz al lado de ese omega. Había dejado de pensar solo en el presente para imaginar un futuro brillante en el que darle una familia y una vida dichosa a ese omega al que se le había arrebatado todo, se había convertido en una de sus principales metas.

Lo vio regresar sobre sus pasos para besuquear el rostro del cachorrito un par de veces más antes de finalmente alejarse y decir adiós con la mano a Louis y a Harry. Liam pudo respirar en el aire el aroma dulce de su omega, intenso y cálido. Lo vio sonrojarse cuando se dio la vuelta y sus ojos se encontraron. Bajó la mirada y caminó hacia él, enganchando sus brazos y pegándose a su costado.

Lo escuchó balbucear un par de veces, abriendo y cerrando la boca sin ser capaz de poner en palabras lo que estaba pasando por su mente.

—¿Qué sucede, mi amor? ¿Querías quedarte un rato más con el cachorro? —Luka asintió tímidamente. Al omega le había costado el mundo entero salir de ese toldo. Quizá el tiempo que habían pasado juntos era poco, pero a Liam le parecía una eternidad en la que había llegado a conocer bien a su omega, y su omega amaba a los niños. Probablemente era el hecho de haber crecido en un orfanato, o tal vez el haber sido abandonado por su propia madre que había decidido elegir a un hombre. Liam sabía que Luka deseaba tener cachorros para darles la vida feliz que él no había podido tener.

—Es muy bonito —susurró.

—Lo es.

—Tiene una marca pequeña en el cuello igual a la tuya, ¿te has dado cuenta? Y se parece mucho a Harry, pero tiene los mismos ojos de Louis. Es como una combinación perfecta de los dos, ¿verdad? —Liam asintió. Luka se quedó en silencio por unos segundos, pensando—. Te imaginas cómo sería si nosotros...

Pero de pronto se quedó callado. Liam frenó en su camino y se paró enfrente de él. Acunó su rostro con ambas manos porque el omega tenía el rostro hacia el piso. El omega desvió su mirada un par de veces antes de ser capaz de verlo a los ojos.

—¿Qué es lo que ibas a decir? —Luka negó con la cabeza—. Dime, mi bebé. ¿No confías en mí?

—Sí lo hago. Sabes que lo hago.

—¿Entonces?

—Me da miedo, Li. Me da miedo pensar en cosas que quiero y que al final no sucedan. Nunca he sido así. A pesar de todo lo que he pasado desde que tengo memoria, nunca he sido una persona que se rinde, pero esto sí me da miedo. Imaginarlo me da miedo porque ya no solo sería yo. —Liam suspiró. Se acercó y dejó un besito en la nariz de su omega. Luego dio un beso más en sus labios. Luka dejó escapar un ruidito que fue mezcla de un jadeo y un gemido bajito y contenido. Se aferró con ambas manos a la espalda del alfa.

—En este lugar todo da miedo, pero no podemos paralizarnos por eso, ¿verdad?

—No. No podemos.