CAPÍTULO XXIX: CACERÍA DE BRUJAS

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 "Ven ahora, te ruego, y maldíceme a este pueblo porque es demasiado poderoso para mí; quizá pueda derrotarlos y echarlos de la tierra. Porque yo sé que a quien tú bendices es bendecido, y a quien tú maldices es maldecido.

Números 22:6

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Se removió en su lugar tratando de eliminar la ligera incomodidad de tener a ese alfa tan pendiente de sus movimientos. Carraspeó de forma ruidosa antes de llevarse una nueva cucharada de sopa a la boca. El hombre ni siquiera parpadeó. Parecía no estar consciente de que su intensa mirada se estaba volviendo inquietante por decirlo de una forma amigable. Era como si estuviese intentando leerle los pensamientos. Se estremeció de solo imaginar que realmente fuese capaz de hacerlo.

—No estás comiendo —pronunció. No era una pregunta. El alfa parpadeó y sacudió ligeramente la cabeza cuando escuchó su voz. Darien estaba a punto de terminar el contenido de su plato mientras Goliat, sentado frente a él, apenas había dado un par de cucharadas.

—¿Qué dijiste?

—Dije que no estás comiendo. Deja de estarme viendo de esa manera y termínate tu sopa. Ya debe estar fría.

El alfa volteó a ver el plato que descansaba en sus manos apoyadas sobre su regazo, y por un breve momento que fue casi imperceptible, Darien creyó ver un brillo distinto en los ojos de ese alfa, aunado a una sonrisa que a diferencia de todas las demás, no tenía ni una pizca de burla. En el rostro del alfa había añoranza.

La sonrisa se borró tan rápido como llegó.

—Se supone que el que tenía hambre eras tú.

—Sí, pero eso no significa que te vayas a sentar frente a mí a verme comer.

—¿Por qué no?

—Porque es incómodo. ¿A quién le gusta que lo estén observando mientras come?

El alfa sonrió amplio.

—Pero eres muy bonito mientras comes. —Darien estuvo a punto de dejar caer la cuchara. Tosió un par de veces luego de haber estado a nada de atragantarse con la última cucharada de sopa. No sabía si el comentario había salido de la nada o lo había dicho a propósito. Goliat a veces se empeñaba en fingir demencia.

—No es la primera vez que me dices eso —murmuró de todas formas. Habían pasado tantos años que ya ni siquiera tendría por qué recordar los momentos que habían vivido juntos en la infancia, pero por algún motivo todo continuaba tan fresco en su mente como si hubiese sucedido ayer. De alguna forma seguía tan estrechamente ligado a ese hombre, que parecía difícil pensar en olvidar.

Darien sintió que el alfa se tensaba por un par de segundos luego de escucharlo decir lo que dijo... O creyó sentirlo. Después de todo era poco probable que fuera capaz de percibir lo que el otro hombre sentía. Goliat se relajó de nuevo luego de un momento, dio una cucharada a la sopa y luego hizo una mueca, tragando con dificultad.

—Si recuerdas eso entonces seguro también recuerdas que no me gusta la sopa. —Dio un sorbo a su botella de agua y puso el plato a un lado con expresión de disgusto. Darien sonrió. Sin que fuera capaz de evitarlo, una sensación cálida y agradable se extendió por todo su pecho. Tenían muchos recuerdos en común, eso era evidente. El hecho de que el alfa ya no negara recordarlos también, le agradaba más de lo que era capaz de admitir.

—Pues lo que sí recuerdo a la perfección es que la sopa de vegetales que hacía tu madre era buenísima. No sé cómo es que no te gustaba. Ella siempre ponía eso pequeños trozos de...

ANDRAS: En el corazón del infierno (Libro 2 saga CIUDADES MALDITAS)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora