Donde Kim Taehyung aparenta ser un rey amable y bondadoso que es en realidad un demente sediento de sangre, poseedor de un lobo con alta conciencia y extraña naturaleza.
¿Y Jungkook? Su nuevo esclavo e invitado, que pagara por todos sus pecados solo...
"Aun no es el fin, todavía nos quedan risas y lagrimas por dar. Por favor, te lo imploro, quédate conmigo hasta el final. Hasta que ya no duela más. Hasta que ya no te extrañe más"
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—¡Inho! ¡Baja que tenemos noticias! ¡Es importante!
La mirada perdida del adolescente que solo veía por la ventana las concurridas calles envuelto en la música de sus audífonos no escucho cuando lo llamaron.
—¡Inho! ¿¡Estas escuchando música!? ¡Inho baja rápido que son buenas noticias!
Seguía sin escuchar los llamados y su cabeza solo se movía de arriba hacia abajo mientras cerraba los ojos dejándose llevar sin querer pensar en mucho, no le gustaba, no era muy agradable cuando se ponía a pensar en sus frustraciones e impotencias.
—Cariño, por favor ve a buscar a Inho que parece que no va a escucharnos, debe de estar de nuevo entretenido con ese aparato.
—¡A la orden capitán!
Pasos rápidos resonaron con fuerza mientras alguien pequeño pero no tanto subía corriendo unas escaleras hasta abrir de una patada la puerta entre abierta de su habitación llamando por completo su atención y casi sacándole el corazón por la boca del susto al pobre chico que solo escuchaba su música.
—¡Yaggi! ¿¡Me quieres matar del susto!? ¿¡Por qué entras así!? —Preguntó exaltado mientras por fin se quitaba los audífonos y trataba de calmarse un poco.
—¡Papá lleva rato llamándote para que bajes y tu de nuevo no escuchas! Dice que tiene una sorpresa.
La pequeña niña de como 8 años llamada Yaggi se acercó a su hermano y este le desordeno el pelo con una sonrisa.
—¡Ya basta! ¡Mis coletas!
—Ya las tenías torcidas, te ves fea si no te las hago yo ¿te las hizo la vecina de nuevo?
La niña le sacó la lengua en respuesta teniendo que mirar hacia arriba a su hermano que era muy alto en comparación con ella.
—Si.
—¿Viste? Nadie te hace peinados como yo, en fin ¿Qué quería papá?
—No lo sé, solo dice que bajes.
—Bien. —Inho se arremango las mangas de su suéter y se puso en la posición de un corredor justo al lado de su hermana. —¡El último en llagar abajo limpia los platos!
Y ambos salieron corriendo por todo el pasillo y las escaleras hasta llegar rápido como dos trenes bala hasta el comedor donde un viejo beta los esperaba junto a su esposa.
Muy peligroso el correr por las escaleras, si y suelen regañarlos cada vez que compiten pero lo que sea que estuviera pasando parecía ser lo suficientemente importante como para que sus padres hicieran la vista gorda.
