⚜️⁰31⚜️ Pruebas

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Jungkook balanceo sus piernas que colgaban en el aire y acarició la bola de pelos que apenas tenía espacio para sentarse en sus muslos por el masivo tamaño de su vientre.

Sus ojos se entrecerraron de manera acusatoria, su mirada color hielo cuando no estaba de humor en vez de ser terriblemente encantadora era tan afilada como un cuchillo de hielo, la persona a la cual miraban sus ojos sonreía tranquilamente mientras mantenía una conversación con un cenador a mucha distancia, pero con solo saber quién diablos era Jungkook ya estaba de malas.

Yeontan que estaba sobre sus muslos en un estado de entre dormido y despierto mientras recibía mimos, noto que las caricias se volvían más rígidas, ladró en protesta y las manos solo se quedaron quietas sobre el cómo una gran mantita y se quedó dormido finalmente.

El hombre que tenía en la mira se veía como un joven encantador, un traje de color vino, siendo bastante llamativo y dos botones de su camisa sueltos dejando ver algo de pecho, una vista bastante juvenil y suelta pero también inapropiada para ser un palacio.

Al parecer acaba de sostener una charla con el viejo cenador y noto la existencia de Jungkook, este sintió un frío recorrer por su cuento cuando esa mirada se posó en él y apretó a Yeontan en sus brazos.

El joven le saludo desde la distancia pareciendo bastante amigable y Jungkook simplemente hizo una mueca de asco.

Se levantó con el perro aturdido en sus brazos, preguntándose qué acababa de pasar y Jungkook, sin ser capaz de tolerar a ese ser que estaba en los jardines de rosas, entro por la ventana.

Sí, por la ventana.

Le gustaba un pequeño espacio del tejado para descansar por el que podía entrar fácilmente por una ventana de arriba, podía ver todo el jardín de rosas desde ahí fácilmente y era más alto que su balcón.

La brisa era fresca y los soldados que lo vieron pasar y descansar tranquilamente en el tejado solamente se quedaron igual de tiesos que siempre, a menos que Jungkook les dijera buenos días, no soltaría ni una sola palabra, y solamente le respondían a él, una sirvienta podría ser épicamente ignorada por ellos. Aunque él sabía bien que era parte de su trabajo y estaba estrictamente prohibido hablar o moverse fuera de su lugar, era que simplemente si se tropezaba con uno olvidaba todo lo anterior y lo primero que pensaba era en pedir perdón por su torpeza.

Los soldados cuando eso pasaba parecían entrar en pánico y no hallaban como reaccionar, no los entrenaron para recibir un trato tan suave y Jungkook reía tímidamente para escapar.

Con Yeontan en la capucha de su suéter y en sus brazos una bolsa de papas que claramente no podía comer embarazado por su estricta y delicada dieta que le habían asignado hace poco desde su último chequeo. Quería comer papás y Jimin no se lo impediría.

Pobre Namjoon que fue quien se las dio a escondidas luego de ingeniarse alguna excusa para ello.

Mientras escondía la bolsa de papas, pensó todavía en aquel individuo que había arruinado su pícnic con comida traficada.

Volvió alegre a la habitación, pero en la cama había un tipo ya mencionado innumerables veces en este libro, alguien de ojos rojos, alguien bastante gruñón, alguien al que se le subió la corona a la cabeza.

Al parecer aún no acaba su trabajo y solo vino en una pequeña escapada porque llevaba el traje y la corona bien puestos en su lugar.

En vez de asustarse por su repentina aparición o escapar solo respiro profundamente.

Estaba oliendo las feromonas que soltaba el alfa, pero haciéndolo pasar por un suspiro de cansancio, bastante inteligente. Él olía tan bien, estuvo en la biblioteca, por su aroma a libros nuevos, pero en su estudio, por la tinta y la esencia de las hojas de té. El alcohol y el humo eran partes de su esencia, así que no estuvo ni bebiendo, ni fumando, asintió satisfecho para sí mismo en su mente.

For the King! |Taekook|OmegaverseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora