— ¿Por que no me dijiste que te gustaba ella? —Le doy un sorbo mientras le paso la botella a RM.
Éste parece dudar pero al final suspira y la coge.
—Me gustó desde que la vi el primer día, pero no soy ciego ustedes tenían algo y yo no me iba a entrometer, obviamente me aleje de ella.
— Pfff y que se supone que teníamos... ¿ Qué se supone que tenemos? Hasta donde yo lo veo la primera vez me dejó hecho mierda y ésta vez voy por el mismo camino — ¡SALUD!— Le digo a RM mientras le doy otro sorbo a la botella.
— Eso es algo que deberían hablar de una vez por todas, aclarar las cosas y decidir seguir adelante juntos o cada uno por su lado.
— Siempre me pongo nervioso o la termino cagando y cuando creo estar haciendo las cosas bien digo alguna estupidez de las mías y vuelvo a cagarla. Desde que ella entró de nuevo en mi vida la ha puesto patas para arriba.
Esta situación realmente me frustra un montón y ahora más sabiendo que no soy el único en el grupo al que le gustaba.
RM parece leerme la mente — No te preocupes desde que me di cuenta que te gustaba frene cualquier cosa que pudiera sentir por ella, a demás te puedo asegurar que la veo como una más del grupo.
Coge la botella y le da un trago bien largo — Lo que me da curiosidad es verte así, el Nathaniel que conozco no se rendiría tan fácilmente.
— Solo quiero saber que estamos bien.
Mire sus ojos fijamente.
— Claro que si, primero son los amigos antes que las mujeres.
***
VioletEntro en el salón y no puedo evitar sentirme nerviosa, es la primera ves que Nathaniel y yo nos volvemos a ver desde lo que paso en la fiesta.
Cojo mis cosas y me siento en mi pupitre, a los cinco minutos entra el profesor de literatura, es una de mis clases preferidas.
Me llevaba muy bien con el a pesar de sus sesenta años. El pobre perdió a su esposa el año pasado, la verdad le tengo mucho cariño lleva tantos años en este instituto que hasta le dio clases a mis padres.Muchas veces lo veía comiendo sólo en los bancos y me sentaba a hablar con él, me recordaba un poco a mi abuelo la verdad.
— Señorita Violet que bueno verla de regreso — Me regala una cálida sonrisa.
— Lo mismo digo señor Western, extrañaba sus clases.
— !Ya sabemos que es su favorita! ¿Ahora podría empezar la clase?— Abre la boca un tonto larguirucho y veo cómo Nathaniel le da una patada a su pupitre haciendo que esté se mueva.
— Bien señor Alejandro —contesta el señor western — Para que vea que también es mi favorito por qué no empieza leyéndonos la tarea.
El karma es una perra.
La clase continuó como siempre, faltaban como quince minutos para salir a comer cuando de repente tocaron a la puerta.
— Buenos días.
¡Esto tiene que ser una puta broma!.
Victor entra por la puerta, ese cabello amarillo casi blanco, lo reconocería a quilómetros.
— Dígame joven en que puedo ayudarlo.
—¡Oh! Solo quería presentarme se supone que debería haber empezado hoy en su clase pero tomo más tiempo con el papeleo, acaban de transferirme — Se voltea mientras me saluda con la mano y me regala un guiño.
¿Y a este qué mosca le ha picado?
— Bien siendo así no se preocupe pase, estaba apunto de formar equipos para un proyecto.
Victor entra como si nada y le veo todas las intenciones de sentarse en el pupitre vacío a mi lado.
— Ni se te ocurra — Le suelto de golpe. Este me mira con una mueca divertida antes de sonreír malicisamente y poner ojos de cordero.
— Profesor wester ¿hay pupitres asignados? es que no quiero molestar a mis compañeros es mi primer día y estoy desorientado.
Lo mato.
—No muchacho, sientase donde quiera.
Como una bala Nathaniel se para de su asiento levantando al larguirucho de antes — Alejandro está encantado de cederle el puesto, profesor.
Éste lo mira con cara de pocos amigos, pero la mira fría y de advertencia que le da Nathaniel lo hace quedarse callado.
—Lo sabía — Me dice Victor casi en un susurro — Este año va ser divertido gracias a ti.
Decido ignorarlo por completo, ya tengo que preocuparme por otras cosas como para ahora tener que agregar el preocuparme por este tonto.
Ensimismada, no puedo evitar pensar que los dos son muy atractivos, la verdad es que a sus padres deberían darles un trofeo por hacer un buen trabajo.
— Profesor— Ethan levanta la mano sacándome de mis pensamientos — ¿De cuantos son los grupos? Me pido a Violet y a Nathaniel—dice orgulloso.
— Señor Parker, no está en una frutería para estar pidiendo, los grupos serán de tres y no, no hace falta que me diga que quiere ponerse con su amigo.
Después de repartir los papelitos al azar, sólo quedaban dos grupos.
— Bien— dice el profesor— Parker irá con el grupo cinco así que solo quedan ustedes tres.
Ethan saca una enorme sonrisa de su cara— ¡Ja! Me ha tocado con los cerebritos, ya este curso lo tengo más que aprobado.
Nathaniel, Victor y yo nos quedamos viéndo al mismo tiempo, esto tiene que ser una broma de mal gusto.
— Profesor quiero cambiar de equipo con Ethan— Digo sin pensar.
— Violet, confía en mi criterio— Me da una Palmada en el hombro.
Traidor.
— ¿Bien, lo hacemos en tu casa?— Pregunta Victor divertido — Digo el proyecto.
— ¡Que chiste de mal gusto! Y no, no sé puede.
— Nada de eso — Interrumpe Nathaniel desafiándolo — Se hará en mi casa y no es una pregunta.
— Vaya vaya, así que estamos en una dictadura — Mueve sus manos haciendo una reverencia — Como diga su majestad.
— Déjate de tonterías Allen — Nathaniel está por perder la paciencia.
— !Vale! Dame la puta dirección y todos en paz.
— Pídeselo a Violet está cansada de entrar y salir de MI casa... Debe saberla de memoria.
Enseguida Víctor borra la sonrisa de su rostro.
Me doy media vuelta y los dejo en el salón, esto va de quien es más ancho que quien y yo paso de estas tonterías.
Recorrí los pasillos del instituto ansiosa de llegar a mi casillero, cojo los libros de mates y ciencias y al cerrar la puerta me sobresalto al encontrarme con esos ojos que tanto extrañaba mirar.
Su nariz está tan cerca que casi puede chocar con mi rostro, siento su aliento y me estremezco.
Se separa rápidamente de mi riendo.
Nerviosa y sin saber qué decir — Estas ... estás invadiendo mi espacio personal — Es lo único que se me pasa por la mente.
— ¿Y que si lo hago? Creo que entre nosotros hace tiempo que sobrepasamos el espacio del otro.
No puedo evitar sonrojarme al recordarlo y él parece de lo más divertido. Como me gustaría borrarle esa sonrisa de su rostro.
— El jueves en mi casa a las cinco.
Se aleja rápidamente de mi y tira levemente de mi cabello antes de darme la espalda.
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Violet
RomanceSiempre he pensado que si escribiera un libro de mi vida en el amor, resultaría un best seller. sinceramente a veces ni yo sé que estoy haciendo, digámosle "improvisar"para que al menos parezca que sé lo que hago. Tendría que pedir perdón por cosas...