Jueves
Aquí me encuentro, frente a la puerta de Nathaniel, sinceramente no sé por qué estas cosas me pasan a mi, es como que mientras más quiero mantenerme alejada de él termina pasando lo contrario.
La casa de los Miller es un poco más grande que la mía, a diferencia de la mayoría de las casas, las de nuestro vecindario tienen las tejas en negro igual que las puertas, recuerdo que fue todo un escándalo cuando Nathaniel en un ataque de rebeldía la pinto de rojo. Su abuelo y su padre lo terminaron apoyando y nada se pudo hacer al respecto, así que aquí me encuentro, dándole dos golpes a la puerta roja.
Unos segundos después se abre, invadiéndome un olor a jazmín a penas respiro profundo para calmar mis nervios, dándole paso a una hermosa señora Miller. Al principio me mira con sorpresa pero luego me regala una sonrisa.
— Violet, que hermosa estás cuánto tiempo que no nos veíamos, pasa cielo.
A diferencia de su hijo su tez era morena, tenía el cabello castaño oscuro que le caía en una hermosa cascada de ondas, de pequeña me recordaba al chocolate. Siempre me ha parecido hermosa, sus rasgos delicados contrastan con esos ojos grises y labios rosa que ha heredado Nathaniel.
A diferencia de ella, sacó el blanco pálido y cabello negro como la noche de su padre.
— Si señora Miller, he venido a hacer un proyecto de literatura.
— ¡Oh! Si mi niño me lo ha comentado, pero supongo que se le habrá olvidado que era hoy — Veo cómo frunce el ceño y no sé a qué se refiere la verdad.
¿ Niño? ¡Querrá decir monstruo!.
Me hace una seña y la sigo hasta la sala de estar. Era espectacular, el piso de mármol el sofá las paredes todo era de color blanco.
Las veces que vine aquí solía entrar por la puerta de la cocina así nadie me veía.
Seguimos de largo hasta llegar a una puerta totalmente blanca por supuesto, al abrirla había una especie de sala de juego.
Nathaniel se encontraba sentado en el borde del sofá marrón de cuero jugando a la play, solo llevaba unos pantalones negros, su pelo despeinado le caía por la frente mientras este se lo apartaba con una mano hacia atrás haciendo que se le marcara ese abdomen muy bien esculpido. Casi podía jurar que parecía un comercial, solo faltaba la chica que le rociara agua y estaríamos.
— Cariño ha llegado Violet — Le dice su madre sacándome de mis pensamientos.
Este se voltea y le da una cálida sonrisa a su madre. Ellos eran todo lo contrario a mis padres, se podía notar el amor y el cariño con el que ellos se veían.
—Te gusta lo que ves — Él sonrió.
— ¡He visto mejores!— Mentía pero no iba dejar que se saliera con la suya.
— ¡Nathaniel Alexander Miller!— Le reprocha su madre — Que son esos modales, a demás ponte una camisa no puedes ir por la vida semidesnudo cariño.
La verdad que si podía, es más con ese cuerpo que se gastaba más de una se lo agradeceríamos.
— Violet querida, a veces es bueno disimular un poco— y con eso me lanza una sonrisa pícara mientras cierra la puerta, haciendo que solo quiera que me trague la tierra.
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Violet
RomanceSiempre he pensado que si escribiera un libro de mi vida en el amor, resultaría un best seller. sinceramente a veces ni yo sé que estoy haciendo, digámosle "improvisar"para que al menos parezca que sé lo que hago. Tendría que pedir perdón por cosas...