Nathaniel
Me costó toda mi voluntad levantarme de esa cama, no había nada mejor que dormir abrazado a Violet, ella era mi tranquilidad. Me alegró mucho el que viniera a verme practicar, nunca dejaba de sorprenderme y eso era lo que me encantaba de ella.
Y ni hablar de las ganas que tenía de hacerla mía. Pero ésta vez quería hacer las cosas bien.
Bajé las escaleras dispuesto a tomar el desayuno, pero al ver a Gina la secretaria cotilla de mi padre sentada en la cocina cambie de opinión, no me apetecía entablar una conversación con ella. Compraría algo fuera.
Al salir no pude dejar de fijarme en la luz que venía del despacho por donde solía entrar Violet, lo que me parecía raro ya que tenía entendido que sus padres a esa hora estaban Dirigiendo el hotel.
Decidí no prestarle atención y me dirigí a la panadería más cercana, le compraría el desayuno y la sorprendería.
¡Por Dios! Me estoy comportando como un tonto enamorado y no me importa.
— Lástima que te vayas a comer eso tú sólo – Me dice coquetamente la chica del mostrador al entregarme las bebidas.
— ¿Y quien dijo que comería sólo? — le respondo en un tono juguetón — De hecho en estos momentos duerme plácidamente en mi cama.
— ¡Ah! Bueno suponía que un chico así de guapo es normal que no esté sólo.
Sus gestos me parecían un poco exagerados tratando de ser "sexy" y no niego que en otro momento me ha hubiera tirado detrás de la barra o en el almacén.
Con un gesto de cabeza le guiñe un ojo mientras me giraba hacia la puerta.
— ¡En fin! si algun día.... Ya sabes... Llámame.
Llegando me gana la curiosidad, así que aún con el desayuno en mano me dispongo a asomarme por la ventana del despacho en casa de Violet.
Estoy seguro de ponerme tan pálido como la hoja de un papel. Enseguida escuché el sonido de la bolsa que llevaba en la mano chocar contra el suelo mientras todo a mi alrededor se detenía.
No puedo creer lo que veo, la madre de Violet está con otro besándose.
Estoy por irme pero ella gira su cabeza y me ve, apartándolo rápidamente mientras se acerca hasta la ventana.
— Siempre has sido un cotilla, como tú madre, pero bueno por que no pasas y hablamos un poco sobre el malentendido que has visto.
— La verdad no me apetece así que hable, mi desayuno se está enfriando.– Le muestro la bolsa
Ella parece sorprendida, pero al momento se recompone.
— ¡Niñato maleducado! Quiero o mejor dicho, te exijo que termines cualquier tipo de contacto o relación que tengas con mi hija.
Haciéndole caso vuelvo a caminar hacia la ventana.
— ¡Buen chico! — dice con una sonrisa triunfante.
— ¿Se está quedando conmigo verdad?— dije soltando una gran carcajada mientras alzo mi cara para verle directo a los ojos— No se qué le hace pensar que podría hacerle el más mínimo caso.
Comenzando con que ahora era yo el que tenía la pelota sobre el tejado.
— Ahora te ríes, pero creeme no por mucho. En todos mis años de vida no ha llegado nadie que pueda conmigo y tú no serás el primero.
Siempre la odié, incluso antes de saber que Violet jamás recibió el cariño que se supone debía recibir de una madre...
— Señora, por que no va a tomarse sus pastillas o inyectarse botox y me deja en paz.
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Violet
RomanceSiempre he pensado que si escribiera un libro de mi vida en el amor, resultaría un best seller. sinceramente a veces ni yo sé que estoy haciendo, digámosle "improvisar"para que al menos parezca que sé lo que hago. Tendría que pedir perdón por cosas...