Nathaniel olía a tabaco mezclado con el otoño. Había olvidado ese olor que tanto me gustaba...Siempre había podido ser yo misma cuando estaba con él. La primera vez que nos vimos tenía seis años. Me escondía arriba del árbol del patio de juegos, me querían obligar a comer brócoli, él y Ethan se habían recostado en una de las gruesas raíces de aquel árbol mientras yo escuchaba atentamente su conversación.
Varias veces tuve que taparme la boca para no reírme, ellos estaban tan absortos en su pequeño mundo que no se dieron cuenta que Edgar el matón de la primaria se les acercaba.
Quería gritarles desde arriba pero si lo hacía las maestras me descubrirían, así que rápidamente metí las manos en los bolsillos y saqué el puñado de piedras que tanto me había costado elegir. Una a una empecé a lanzarlas lo más fuerte que pude a Edgar que no sabía desde donde venían, hasta que una le dio en el ojo y se fue llorando para buscar a la maestra.
Al minuto él se volvió hacia mi. Me impactó esa mirada que nunca antes había visto, unos ojos grises y brillantes como la luna. Mi corazón se detuvo, nunca hasta entonces había sentido algo así.
— ¿Como te llamas?
— Violet.— dije tímidamente.
— ¿Quieres jugar con nosotros? Yo soy Nathaniel y él es Ethan.
— Mejor vamonos — Le murmuró Ethan pero yo lo había escuchado — Es rara, estaba arriba del árbol escuchándonos.
— Fue sin querer, solo me escondía de la señorita Jane, me quieren obligar a comer brócoli.
Susojos socuros volvieron a posarse sobre los míos. Yo estaba hipnotizada.
— No te muevas...
— ¿Cómo?
— No te muevas— Ésta vez era un suzurro.
Volvió a girarse mientras con uno de sus pequeños y largos dedos iba directo a sus labios en señal de silencio.
— Parker y Goodman, que hacen ahí, hace diez minutos que ha sonado la campana. Vayan directo a la sala de castigos, es el primer día y ya se meten en problemas.
— Perdone señorita Jane, no volverá a repetirse — Contestó Ethan rápidamente.
— Claro que no se va a repetir, por que yo me encargare de que así sea.
Me quedé paralizada, Nathaniel comenzó a caminar se volvió dándome una mirada fugaz, mientras lentamente me regalaba una sonrisa.
— Estamos a mano.— Dijeron sus labios dejándome a su merced.
***
Me desperté en la madrugada y Nathaniel seguía durmiendo. Era una locura, aquellos brazos de los que tanto había estado huyendo ahora rodeaban mi cintura. Traté de apartarlo lentamente pero solo conseguí que hundiera su cabeza en mi cuello.Sentí su corazón que latía a un ritmo lento, despacio.
Acerque mi rostro a su pelo, su olor me hacía sentir como en casa. Me gustaba... Sin poderlo evitar hundí mis dedos por su pelo aún húmedo. Cada gesto y cada movimiento que hacía me alteraba.
Me acurruqué al calor de su cuerpo, él abrió los ojos lentamente y suspiró.
— ¿Es por tus padres que saliste en medio de la lluvia verdad? Han vuelto, los he visto ésta tarde.
Guardé silencio durante un momento, como si buscara las palabras correctas para contestarme a mí misma.
— Trato de seguir adelante, pero es como poner una tirita en una cicatriz antigua...
Perdón...lo que menos quiero es que me mires con lástima.¡Me dolía! Y había guardado tanto tiempo ese sentimiento que no me dolía el corazón, me dolía el alma.
— !No tengo por que tenerte lastima Violet! No hay que ser inteligente para saber que ellos nunca están ahí para ti y supongo que debe ser difícil... A veces es bueno bajar un poco la guardia, sé que he sido un capullo pero también es bueno desahogarse con alguien.
— Ese es el problema que ahora me desahogo contigo pero al salir por esa puerta volverás a ser el mismo.
— No te puedo prometer que no la cagare de nuevo, últimamente es lo único que hago contigo, pero que te parece si hacemos una tregua.
Recorrí su brazo con la yema de mis dedos, hasta llegar a los suyos y los entrelacé.
— Muy bien— le dije.
Me rendí, estaba exhausta de pelear contra todo, cerré los ojos y me abracé a los brazos de la única persona que debería mantenerme alejada y por un momento, sólo por un ápice de segundo... desee que el tiempo se detuviera ahí.
***
Me cuelo por la ventana del despacho de mi padre después de desayunar en casa de Nathaniel, Tini siempre la abre por las mañanas y doy gracias por ello.
— Me tenía preocupada.
¡DIOS menudo susto me ha dado! Siento que me ha bajado toda la sangre del cuerpo!.
Me encuentro con una Tini molesta en plan de guerra con la escoba en la mano y se que me ha está esperando.
— Lo siento no quería preocuparte pero necesitaba salir de aquí, además por lo visto ni se dieron cuenta mis "padres".
De repente se escucha una sonora risa que viene de Tini seguido de un leve palazo en el brazo.
¡Auch!.
— !Será tonta esta muchacha! su padre ha salido a buscarla, ha regresado empapado mientras su madre y yo veíamos cómo entraba a casa de los vecinos.....la próxima vez que se escape váyase más lejos ajajajajaja.
Escuchándolo así la verdad ha sonado estúpido ... Pero no planee terminar en casa de él y no me arrepiento, vi otro lado de Nathaniel que desde hace mucho no veía.
Una vez en mi cuarto y aún con su ropa estoy más tranquila así que me dispongo a dormir lo que me queda de mañana.
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Violet
RomanceSiempre he pensado que si escribiera un libro de mi vida en el amor, resultaría un best seller. sinceramente a veces ni yo sé que estoy haciendo, digámosle "improvisar"para que al menos parezca que sé lo que hago. Tendría que pedir perdón por cosas...