Capítulo 1

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Nunca de verdad que nuca en toda mi vida de estudiante me había querido levantar sin protestar pero hoy era un día que merecía la pena el esfuerzo.

Después de vestirme y hacer que mi cabello se viera lo más decente posible salgo de mi habitación con la buena actitud que me caracteriza. Abajo en el comedor están mi madre y mi padre riéndose y queriéndose comer con los ojos.

-buenos días- me dejo caer en la silla y mi padre me mira con mala cara.

-¿días? Pero si es casi de madrugada Antonella ¿y ese milagro que estás despierta tan temprano?- abro la boca para expresarme pero sigue hablando -no no ni me lo digas, tu cara hormonal ya ha hablado por ti - se voltea hacia mi madre -Andrea creo yo que lo más sensato es cambiarla de escuela y si es posible nos mudamos a otro estado- pongo los ojos en blanco y le pido ayuda a mi madre con la mirada.

-Eros déjala tranquila hoy se ha levantado temprano porque quiere irse con Lorena que siempre se va temprano- si, mi mamá es pésima mentirosa.

-fíjate bien Antonella, si te veo con tus labios sobre los de aquel baboso haciéndose un traspaso de saliva te juro que estranguló al idiota ese- y mi padre muy celoso.

Desayunamos bajo las quejas de mi padre y cuando termino pone una excusa para que no salga y esa es esconderme la mochila. Tienen una larga pelea el y mamá mientras que yo me siento en medio de los dos a mirarme las uñas. Después que faltan como 10 minutos para que la campana suene finalmente mi madre lo convence para que me devuelva la mochila y ni espero a que me lleven en auto, salgo corriendo.

Corro como si mi vida dependiera de ello, las gotas de sudor me bajan por los costados de la frente pero eso no me impide llegar al colegio en un tiempo récord.

-¡Llegue!!- le digo a mejor amiga que tengo al frente mientras tomo grandes bocanadas de aire.

-ya te vi- miro hacia todos lados para que nadie me oiga como si fuera a contarle el mayor secreto del mundo.

-¿ya llegó?- niega divertida con la cabeza y en eso la campaña suena -Tal vez la fuente que te dijo que volvía no era muy confiable- rueda los ojos.

-Ella, nadie me lo dijo yo lo vi, se mudaron al lado de mi casa-

Toda esta emoción y desespero que tengo hoy es porque veré nuevamente a mi amor de la infancia, Joshua Evans. Según Lorena está hermoso y si de pequeño a mi me derretía no me quiero imaginar ahora. En mi mochila tengo el carro que me dio el día antes de irse para que vea que me acuerdo perfectamente de él, espero que él aún tenga la cadena que le regalé porque después de dársela me busque un buen lío con mi padre. Desde que desapareció nunca he sabido más nada de él, ni mi madre que era súper amiga de la suya ha sabido de ella, los busqué mil veces en las redes sociales y no aparecía nada, es como si los hubieran borrado del mapa.

Con mi mejor amiga entramos al salón de clases y tomamos asiento en nuestros puestos habituales. La profesora se demora un poco y cuando entra nos mira a todos aburrida como siempre.

-bien clase, presten mucha atención. Hoy a nuestra escuela se suman dos alumnos nuevos- el corazón se me quiere salir del pecho. La profesora hace una seña y entran -el es Joshua Evans y ella Gala Fernández- el amor de mi infancia está de pie con una sorprendente gran estatura y vestido completamente de negro. Su piel tan blanca como la recordaba, el cabello largo algo despeinado, sus hermosos ojos verdes mirándolo todo con aburrimiento y sus carnosos labios en una fina línea que no expresa ningún sentimiento. Nunca pensé que una tontería en juego como la que teníamos cuando éramos pequeños se fuera a convertir en algo que a mis 17 años lo sintiera de verdad.

La chica de su lado tiene la misma expresión aburrida de Joshua y los dos examinan el salón. Cuando sus ojos se conectan con los míos le sonrío pero el, en vez de devolverme el gesto solo sigue de largo con su mirada. Auch.

¿Acaso no se acuerda de mi? ¿Tanto he cambiado? ¿Yo nunca fui nadie para el?

Son preguntas que no se quedarán sin respuesta porque pienso interactuar con él en cuanto tenga oportunidad. La profesora los manda a sentar y los dos se sientan al fondo.

Paso toda la mañana y no tuve tiempo de hablar con el. Suena la campana del mediodía y lo agradezco porque ahora si le plantearé cara.

-no creo que sea buena idea ¿si lo viste? Le pone mala cara hasta a los profesores y tiene un aura sombría, como la de un muerto- pongo los ojos en blanco.

-déjate de tonterías y deséame suerte- alza sus pulgares no muy convencida pero allá voy.

Algo que he notado es que no se despega de la chica que entró con el. Es a la única que le habla y a la única que malamente le da una mueca queriendo parecer sonrisa. Por suerte ahora esta solo guardando libros en su casillero. Ahora mismo estoy detrás de una pared contemplando cada centímetro de su cuerpo.

Dioss Antonella que pareces una acosadora.

Decidida y con mi mejor sonrisa salgo de mi escondite y me dirijo hacia donde está. Cuando llego a su sitio le cierro la puerta de su casillero queriendo parecer cool y le dedico una sonrisa aun más amplia.

-hola Joshua- me mira de arriba abajo y luego mira su casillero cerrado, luego me vuelve a mirar a mi.

-puedes quitar tu mano- me dice en un tono serio.

-¿no te acuerdas de mi?- preguntó en un tono algo decepcionando.

-mm- alza las cejas como si se hubiera acordado pero luego vuelve a su expresión seria -no- mi corazón se rompe pero no dejo que eso me detenga. Saco de la mochila el carrito que me dejó antes de irse.

-¿y ahora ?-

-¿por que iba a cambiar mi respuesta mostrándome un carro viejo?- no arruinara mi optimismo.

-porque era tuyo- lo mira de nuevo.

-tienes mi vida en tus manos felicidades- dice con sarcasmo -ahora por favor aléjate de mi espacio personal- pongo los ojos en blanco. Que odioso se volvió.

-bueno como veo que no me recuerdas- guardo el carro y extiendo mi mano -soy Antonella- me quedo con la mano extendida como tonta.

-y tú sabes más de mi vida al parecer que yo así que están de más las presentaciones por mi parte- bufo.

-¿por que eres así? Antes no eras así, eras sociable y divertido- se saca un cigarrillo y lo enciende.

¿Alguien puede mojarte las bragas con solo la acción de fumar? Si, Joshua puede.

Es que joder que sexy se ve haciendo esa simple cosa.

-no te conozco así que aparte loca- la chica de nombre creo que Gala se acerca a nosotros y le da un casto beso en sus labios.

Auch x2

-¿y ella quien es?- le pregunta y Joshua agarra su mano para entrelazar sus dedos.

-no se una loca acosadora-

¿PERO Y EL QUE SE CREE? No es el centro del mundo para que yo lo acose. Nunca haría semejante locura tampoco estoy mentalmente inestable.

-mejor vámonos- y se van dejándome ahí como tonta.

Oh no que Joshua se vaya quitando de la cabeza que le voy a dejar esta pasar. Claro que no,¿ como una persona no se va a acordar de mi? De eso nada el va a ver, después que termine con esto va a recordar mi cara hasta cuando haga caca. Me volverá a mirar con los mismos ojos que cuando críos, me va a volver a querer porque sino dejo de llamarme Antonella Cross

Vuélveme a querer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora