Capítulo 11

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Cerré los ojos esperando el impacto de la bala que nunca llegó. Los abrí lentamente y Joshua había empezado a serpentear el auto y logró tumbar a los que nos estaban apuntando. Cuando logramos sacar una pequeña ventaja le pisó a fondo y me agarré fuerte del asiento.

-vamos a morir, lo presiento- digo mirando aterrorizada la carretera.

-cállate, tu voz de pito no me deja concentrarme- idiota.

Logramos dejar a los que nos seguían atrás pero seguimos conduciendo hasta que llegamos a un bosque y nos adentramos en el. Había comenzado a llover y el cielo se oscureció totalmente, al parecer la lluvia sería para largo. Seguimos en el auto hasta que Joshua lo detuvo, no había nada al rededor donde nos pudiéramos quedar, me giré a verlo y me crucé de brazos.

-¿y ahora?-

-nos bajamos- abrí los ojos como platos.

-¿con esta lluvia?- se giró a mirarme y lo hizo con fastidio. Abrió la puerta y salió, yo lo imité y las frías gotas de lluvia en seguida comenzaron a mojarme.

-sígueme- como si tuviera otra opción. Caminamos un rato hasta que nos metimos en un terreno muy pantanoso, mis lindas botas se estaban ensuciando todas de barro y hasta el vaquero también.

-Joshua ¿cuanto falta?- se detuvo en seco y choqué contra su espalda.

-puedes dejar de quejarte por un mísero minuto, no me dejas centrarme- puse los ojos en blanco.

-te voy a matar, tenlo por seguro. Si tu mueres yo seré la principal sospechosa, incluso me entregaré con satisfacción y...- me callé de golpe cuando Joshua se volteó y me cargó en brazos como lo hacen los novios -¿¡Que haces!?- ay no, tenerlo tan cerca era un peligro. Podía sentir su respiración chocarme contra la cara y esos ojos clavados en mis labios, me los relamí y vi que en seguida se tensó ¿quería besarme? Pareció pensarlo bien porque sacudió un poco la cabeza.

-con tal de que te calles te consigo un elefante rosa-

Joshua me llevó en sus brazos y caminamos al rededor de un kilómetro, la lluvia no cesaba y parecía que iba a aumentar. Cuando pensé que seguiríamos caminando de repente me suelta y caigo de culo al suelo.

-¡HEY!- sonríe de medio lado.

-no es mi culpa que tengas tan malos reflejos- lo vi caminar detrás de mi y me giré. Había una pequeña casa de madera, parecía abandonada porque la vegetación había echo de las suyas y prácticamente se estaba cayendo -nos quedaremos aquí esta noche-

-¡¿QUE?!- pregunté horrorizada -no puedo quedarme aquí, mis padres se preocuparán y y...- vino hacia donde estaba, se agachó y posó un dedo en mis labios para que me callara.

-no es tema de debate, invéntales cualquier mentira a tus padres. Aunque dudo mucho que aquí los puedas llamar-

-¿por que?-

-no hay cobertura- genial, la cereza que le faltaba al pastel.

Me levanté del suelo y tenía todo el culo lleno de barro. Me sentía incómoda con toda la ropa mojada y tenía frío, así jamás lograría entrar en calor.

-¿oye por casualidad no tienes ropa por ahí?-negó con la cabeza y entré resignada a la pequeña cabaña.

No tenía mucho, solo una mesa llena de telarañas y tres sillas rotas, lo otro era el suelo todo sucio. Me volteé para protestar pero me callé de repente cuando vi a Joshua sin camiseta. Waow ese tío si se tomaba en serio ir al GIM, ¡esta buenísimo!

-tengo frío- lo miré a los ojos intentando pretender que su desnudez no me afectaba.

-quítate la ropa- me atraganté con mi propia saliva.

-¡¿QUE?!-

-la ropa está mojada y eso te hace tener más frío. Luego volveré al coche, creo que ahí hay ropa y unas mantas- asentí, hasta que no tragera las cosas no me iba a quitar nada. No le iba a dar el privilegio de verme en ropa interior. Creo que más que por eso era porque traía unas bragas de elefantitos y un sostén de estrellitas, si, muy sexy.

Me quité el suéter y comencé a barrer un poco el suelo con este. Después de todo dormiríamos aquí y está prenda no pienso utilizarla más.

El día pasó y le dio paso a la tarde, era una tarde oscura y en esta cabaña daba miedo, hace como una hora Joshua había ido a su auto a coger las cosas pero no había regresado. ¿Y si se lo comió un oso? ¿Y si se calló por un barranco y murió? Oh no, debo dejar de pensar. Tenía preparada una rama de un árbol grueso que encontré a fuera para cualquier imprevisto de ataque de algún animal o algo.

Estaba muy aburrida así que me puse a practicar un baile que cuando era más pequeña bailaba con mi tío Libardo, casi no lo recuerdo pero al menos me quitaba el aburrimiento. En medio de mi ensayo escuché unos pasos acercarse a la cabaña y me puse alerta con mi palo en mano. ¿Será un oso? ¿Un león? ¿Un zorro? ¿Un jaguar? ¿Un puma? Vale vale casi pienso en todos los animales del bosque. Me escondí detrás de la puerta para si se le ocurría entrar sorprenderlo con un golpe en la cabeza y así aunque sea desmayarlo para que me diera tiempo huir.

La puerta se abrió poco a poco y sin pensármelo dos veces lance el palazo con los ojos cerrados. Cuando los abrí para ver a qué le había dado casi me da un infarto.

-Ay Dios- agarré las cosas que habían caído al suelo y las coloqué en la mesa, luego volví y me puse a su lado -¿Joshua?- le di pequeñas palmaditas a su rostro pero no reaccionaba -oh no no no puede ser, he matado a alguien- las manos me temblaban y Joshua tenía el semblante relajado -por favor dios perdóname y cuida bien a Joshua en el cielo, era un pesado pero al menos será un lindo ángel- dije mirando al techo de la cabaña. Vale vale mi último intento por despertarlo. Cerré el puño y me preparé para golpearlo con toda mi fuerza solo que antes de que lo estrellara en su cara me agarró el brazo con fuerza.

-ni se te ocurra- sentí que podía volver a respirar de nuevo. Abrió los ojos y me dio una sonrisa de medio lado -¿preocupada?- bufé y me levanté a ver lo que había traído.

Venía bien preparado, traía dos mantas, dos vaqueros y dos sudaderas y para mi sorpresa una era ropa de chica.

-¿como es que tenías todo esto listo?-

-se la quité a Gala y la eché en el auto para por si acaso- Aja, ropa de la víbora que asco.

-bien- la agarré y le hice una seña -voltéate -

-¿por que?- preguntó divertido.

-porque me tengo que cambiar inútil-

-no hay nada que ver así que...- caminé decidida hacia él y le pegue una fuerte cachetada en el rostro.

-si no te volteas tu, te volteó yo- apretó los puños molesto pero finalmente se volteó.

No me quedaba nada mal la ropa. A demás de eso Joshua también traía en el carro barritas energéticas, no llenan mucho pero es lo que hubo para la cena. Ahora mismo estaba acurrucada con la manta en una esquina de la casa. La temperatura había bajado y el bosque estaba húmedo, no podía mantener el calor. A un metro de mi estaba Joshua quedándose casi dormido. Aproveche eso para moverme a su lado y acurrucarme un poco.

-¿que haces?- preguntó con la voz ronca.

-tengo frío.- puse mi cabeza en su hombro.

-¿crees que eso me importa?- hizo un movimiento para que me apartara -quítate- puse los ojos en blanco.

-venga Joshua tampoco te estoy violando solo estoy pidiendo un poco de calor- dije molesta -pero eres tan capullo que hasta eso te molesta- volví a mi esquina y me acurruqué como pude.

Cuando me estaba comenzando a quedar dormida sentí un cuerpo pegarse al mío abrazándome un poco para darme calor. Abrí un ojo y vi a Joshua dormido a mi lado, sonreí de medio lado, ahora si podía dormir.

Vuélveme a querer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora