Capítulo 24

1.6K 132 45
                                    

ANTONELLA

— Ella.

— Ella.

— ¡ELLLA!!!

Doy un salto en mi cama y abro los ojos, en seguida mi corazón comienza a latir desbocado, oh Dios mío. Estoy rodeada de 3 personas con pasamontañas negros, no no no.

Uno de ellos se acerca a mi, cierro los ojos y doy un grito que casi me deja sorda hasta a mi.

— ¡Joder Ella!

Abro los ojos y veo a Libardo quitarse el pasamontañas ¿pero que...? Le siguen mamá, y papá.

— ¿que caraj....?— Mamá me interrumpe.

— Antonella ese lenguaje.

Ruedo los ojos y se miran entre sí con sonrisas pícaras. De un momento a otro tengo a los tres cantándome feliz cumpleaños muy emocionados.

— gracias gracias, se que me aman.

Todos ríen y vienen a abrazarme. Luego se vuelven a mirar entre sí, esas miradas pícaras no me gustan nada.

—Hace mucho tiempo no sales con tus padres así que hoy comerás con nosotros, luego puedes hacer lo que quieras con tus amigos— Anuncia mamá y yo asiento —ahora levántate, date una ducha y prepárate con la ropa que te trajo Libardo.

Salto de la cama como un resorte y voy al baño. Decido tomarme una ducha larga para relajarme. Cuando salgo del baño solamente está Libardo sobre mi cama al lado de un vaquero y un top rosa.

— ¿no iba a comer con mis padres?— levanta la vista y sonríe.

— si, pero primero quiero que me acompañes a un sitio a buscar una cosa.

A demás del top y el vaquero encima de la cama hay un vestido muy corto, holgado con un escote muy pronunciado delante y puedo apostar que muy pronunciado detrás.

— ¡no me voy a poner eso!— señalo el vestido — Sería como estar desnuda— Rueda los ojos.

— eso no es para ahora monja, en la noche irás con Lorena, Leo, Jessica, Leah, Gala y Joshua a una discoteca, ese vestido será el que llevarás con aquellos zapatos— señala los tacones plateados que hay en mi zapatera.

¿Por que invitó a Gala y a Leah? No me llevo con ellas, son unas víboras que no quiero ver ni en pintura, pero como Libardo parece emocionado y yo no tengo ganas de discutir me muerdo la lengua y comienzo a vestirme.

Cuando estoy lista me ayuda a hacerme rizos en mi largo cabello rubio y quedo lista.

— Antes de ir a ningún lado quiero que abras mis regalos.

Dice con mucha emoción dando palmitas, eso me da miedo, nunca se sabe que pueda venir de él. Me guiña un ojo y me da dos cajas de tamaño mediano forradas con papel de regalo verde fosforito. Abro la primera y mis ojos se abren como platos, esta a desbordar de.... condones.

— eso nunca está de más, sabes que por culpa de mi hijo tengo un trauma así que por favor guárdalos y cuando tengas que hacerlo obliga a tu novio que se ponga dos. ¡Sin gorro no hay fiesta!

Asiento aún en shock por su regalo y procedo a abrir la otra caja. Cuando lo hago mis ojos se abren más que la vez pasada si eso es posible ¿¡QUE!? Libardo al ver mi cara se parte de la risa.

— ¿te gusta?

Aún sigo mirando la caja y no me lo puedo creer ¿este hombre estará bien de la cabeza? Oh eso no lo creo.

Vuélveme a querer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora