Capítulo 22

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ANTONELLA

Abro mis ojos por causa del calor. Siento algo pesado sobre mi. Oh Dios mío ¿cuando paso esto?

Joshua está totalmente acostado sobre mi, con su cabeza en mi pecho y una mano a cada lado de mi cuerpo abrazándome como si fuera un mono.

Intento moverlo porque me dificulta respirar pero no hace nada, es como tener un cadáver sobre mi.

— Joshua.

Lo sacudo pero no se mueve, lo vuelvo a llamar incluso tiro de su cabello pero nada.

— ¡¿Joder donde tienes el puto botón de encendido?!— casi grito y siento mi pecho temblar a causa de que se está riendo pegado a él — ¿estuviste despierto todo este tiempo?

Separa su cabeza de mi pecho para mirar hacia arriba y sonreírme. Tengo que admitir que ver a Joshua recién despertado es todo un espectáculo visual.

— claro rubia, no quería abandonar mi comodidad.

— ya puedes irla abandonando para bajarte de mi.

Me da una sonrisa picarona antes de bajarse.

— ¿me prestas tu baño?

— no, tu ahora te vas a ir por la ventana justo como entraste y como lo haces siempre ¿te crees Tarzan?

— soy más lindo y sexy que Tarzan— me guiña un ojo y yo ruedo los míos.

— bueno ¿que esperas? Ya puedes irte.

Como si mi cuarto fuera suyo se quita la camisa y el pantalón dejándome con la boca abierta.

— ¡quieres taparte !— le chillo. ¡Está en bóxers en mi habitación!

— no. Me voy a dar una ducha en tu baño rubia.

Sin darme tiempo a protestar entra al baño y cierra la puerta. ¿Que le pasa? Primero llega en la noche todo borracho y queriéndose quedar aquí y ahora se ha despertado de muy buen humor diciendo tonterías. ¿Acaso no tiene resaca? Por la borrachera que traía anoche debería tener resaca, eso no es justo, yo bebo solo un vaso y al otro día mi cabeza quiere explotar.

Después de un rato Joshua sale con el cabello todo mojado y algo que reconozco como mi toalla al rededor de su cuello.

— ¿¡TE SECASTE CON ESO!?— chillo y el asiente como si fuera lo más normal del mundo — ¡pero es mi toalla!

— tranquila no tengo ninguna enfermedad en la piel que te pueda contagiar.

En estos momentos quiero asesinar muy lenta y dolorosamente a Joshua Evans.

— Ella.

Se escuchan unos toques en la puerta y la voz de mi madre, en seguida me pongo alerta.

— tienes que irte o esconderte— le susurro a Joshua que parece haberse quedado paralizado — ¡muévete!

Por fin reacciona y se esconde en mi armario. Tomo una gran respiración para no verme muy nerviosa y abro la puerta.

— ¿que haces que no estás vestida? Llegarás tarde a la escuela, baja a desayunar.

— en seguida voy.

Le dejo un beso en su mejilla y cierro la puerta. Corro al baño y me doy la ducha más rápida de mi vida. Cuando salgo Joshua ya está vestido y sentado en la cama revisando su celular.

— ¿que haces aquí todavía? Pensé que ya te habías ido.

— rubia me iré contigo, puedo llevarte en mi auto.

Vuélveme a querer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora