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En todo el día no he podido parar de pensar en lo que le hice a Antonella. Posiblemente ella ni sepa aún pero la vendí, sin su consentimiento y en cualquier momento vendrán a buscarla y a hacer de su vida miserable cuando ella ni siquiera tiene la culpa de lo que pasa. El único culpable soy yo y estoy dejando que otra pague por mi.
La rubia está en casa de Lorena y no ha salido, lo sé porque la he estado vigilando toda la tarde para cuando salga hablar con ella, decidí que la voy a proteger de los escorpiones porque no quiero que una inocente pague mis platos rotos.
Ya se estaba haciendo de noche y no salía, supuse que se quedaría a cenar y luego su padre la recogería así que tendré que hablar con ella mañana. Me acosté en la cama y me puse las manos en la cara para ver si podía dormir algo.
-oye Joshua- quito los brazos cuando escuche la voz de Gala.
-parece que nos hemos quitado un peso de encima- frunzo el ceño, no entiendo nada -he visto salir a Antonella Cross de casa de Lorena y los matones de los escorpiones la estaban siguiendo desde el bosque.
Dice con burla y en seguida me pongo alerta. Es obvio que después de tanta persecución uno se hace experto y conoce a quien lo sigue. En este caso por mucho que lo matones se escondan, Gala puede identificarlos.
-¿salía sola?
Pregunto dejando ver demasiada preocupación en mi tono de voz. Asiente y rápidamente me pongo lo primero que encuentro y salgo de la casa ignorando el cacareo de Gala.
Efectivamente los matones la estaban siguiendo desde el bosque así que es bastante difícil que ella los note, son especializados en espionaje y la rubia nunca ha pasado por nada parecido. Supongo que hoy piensan capturarla porque he visto que traen sus armas.
La rubia sigue su camino como si nada, seguida por los matones y por mi y cuando ya va caminando por la cuadra del parque abandonado uno de los escorpiones se cae en una pequeña laguna, los demás fueron a ayudarlo, los muy cabrones no abandonan a ninguno de su equipo. Esa ha sido mi suerte así que tomo ventaja para poder ayudar a la rubia.
ANTONELLA
Hoy había tenido a Joshua pegado como chicle, nunca pensé que me agobiara tanto tenerlo cerca. Es que ni siquiera me habla, solo se queda a mi lado protegiéndome.
También está lo de la ropa negra, hoy iré a algunas tiendas a comprar algo porque en casa no tengo mucha. Está mañana tuve que resolver con lo primero que encontré, una blusa beige con un suéter negro por encima, un vaquero roto en las rodillas y unas botas, simple y preciso.
En la mañana cuando llegó Joshua me regañó por el color de la blusa, como si el me hubiera comprado algo para estar exigiendo.
A Gala la vi en la mañana mirándonos con curiosidad y le pregunté a Joshua que si ella sabía que me estaba protegiendo, pero solo obtuve un "-no te importa-" de su parte como respuesta, si, muy idiota.
-quiero ir a hablar con Lorena, no me has dejado en todo el día- pone los ojos en blanco.
-no importa lo que tu quieras, si no haces lo que te digo dejo de estar oliéndote el trasero y te las tendrás que apañar tu solita.
- ya quisieras estar oliendome el trasero.
Digo bajo y entre dientes, por supuesto Joshua no pudo oírme.
- ¿Que?
-puedes vigilarme a la distancia.
Vuelvo al tema de Lorena y Joshua pasa las manos por su rostro obstinado, supongo que de mi, es obvio que si.
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Vuélveme a querer
RomanceAntonella no se esperaba que su amor de la infancia apareciera así, de la nada. No pensaba que los sentimientos de niños inocentes que tenía por él hace 9 largos años seguían ahí, ya no tan inocentes y para nada de niños. Cuando lo vio de nuevo qued...