Capítulo 23

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Me cruzo de brazos mientras Joshua sigue conduciendo por la carretera que ya se va poniendo un poco desierta. No tengo ni idea de donde me va a llevar.

— que divertido Joshua Evans, el día mas inolvidable de mi vida.

Le digo con claro sarcasmo y el solo me da una rápida mirada y sonríe de medio lado, no puedo evitar llevar mi vista a su boca, a su piercing.

No no Ella no vayas por ahí. Aparto la mirada hacia la carretera.

— tranquila rubia, se a donde te voy a llevar, ya estamos llegando.

— ¿a donde sería eso? ¿Una cabaña en medio del bosque? Paso.

— relájate un poco, si sigues a la defensiva no podrás disfrutar.

Hago lo que me pide y continúo mirando el paisaje hasta que dobla para meterse entre los árboles, no veo nada por aquí que pueda causarme diversión.

— el camino no es por aquí pero este es un buen atajo.

Sigue conduciendo hasta que un poco más adelante se escucha música, risas y mucho gentío. Me alzo un poco en el asiento intentando ver pero un árbol me tapa la vista, Joshua a mi lado ríe.

— no seas impaciente, ya vamos a llegar.

Rodea el árbol y mi vista se ilumina cuando veo una feria, bastante grande para estar tan escondida. Hay mucha gente, puestos de comida grasosa y muchas atracciones.

— ¡una feria! ¡Me encanta!

Me sonríe de medio lado y estaciona junto a los otros autos. Rápidamente bajo y ya quiero entrar pero Joshua me agarra del brazo.

— no tan rápido rubia, hay algo que tengo que decirte.

— ¿que?

— hoy hay un descuento pero sólo para parejas así que— oh no no voy a fingir ser su pareja para obtener un descuento.

— ni lo sueñes.

— no seas infantil, tampoco hay que besarnos ni nada por el estilo sólo darnos la mano para pasar como pareja.

No es tan malo si no hay beso ni cariños. No estoy segura de que pueda seguir con la guardia en alto si Joshua me besa, aunque no lo veo con esas intenciones pero nunca se sabe.

— vale.

Me sonríe y toma mi mano. Sus dedos están fríos y los míos demasiado calientes, eso hace un contraste que manda una corriente por todo mi cuerpo que me encargo de ignorar. Pagamos las entradas a medio precio por ser parejas y entramos a la pintoresca feria.

— ¿por que hay una fiesta en medio de la nada?

Pregunto curiosa mirando hacia todos lados, hay tantas atracciones y mi niña interior está saltando de emoción ¡quiero subirme a todas!

— no es en medio de la nada. Si seguíamos por la carretera llegaríamos a ese pequeño pueblo...— me señala afuera y se ven algunas casas a lo lejos — es una recaudación de fondos para expandirse. Son famosos por sus deliciosos cultivos pero no tienen fondos para comprar todo lo que se requiere así que, para eso es esto.

Asiento y señalo un puesto con algodón de azúcar ¡Amo el algodón de azúcar!

— quiero algodón.

Lo agarro más fuerte de la mano y lo llevo hasta el puesto. El señor nos mira con una sonrisa, lleva un gorro muy simpático en forma de corazón.

— uno por favor.

Le digo y su mirada va a nuestras manos agarradas.

— ¿son pareja?— Joshua y yo asentimos y el señor se encarga de prepara un gigante algodón en forma de corazón — que lo disfruten.

Vuélveme a querer Donde viven las historias. Descúbrelo ahora