SEÑORA PRESIDENTA - SUPERCORP

5

Febrero de 2021

Martes, 23 de febrero

Lena dejó de escribir y se apartó del escritorio. Inclinó la cabeza en gesto pensativo mientras leía lo último que había escrito. No era su diario personal, aunque sus observaciones personales impregnaban el escrito. Ya las quitaría después... o no. Eso dependería del tipo que fueran y de lo que aportaran o no a la historia. De todas formas, lo que estaba escribiendo era notas sueltas de su "sujeto de estudio". Aunque para ser sólo notas ya llenaban tres carpetas bastante pesadas.

La escritora tenía que admitir que su primer mes como biógrafa de Kara había sido como una imagen borrosa. Un torbellino de actividad y movimiento, reuniones y compromisos, tratos y sacrificios.

Le había costado 29 días acostumbrarse a levantarse a las cinco de la mañana para empezar el día con kara. Lena se quejó bastante cuando descubrió que los lunes, miércoles y viernes, la Presidenta y un grupo de agentes del Servicio Secreto se iban a hacer footing. Sonrió para sí misma y empezó a recordar algunos momentos. No era del todo verdad, ellos no hacían footing. Corrían a toda velocidad tres millas como si les ardieran los pies. Su presencia presionó al grupo a reducir un poco la marcha, y Lena ya conocía a kara lo suficiente como para saber que eso era cosa suya.

La Presidenta abordaba sus deberes con la misma concentrada intensidad con la que hacía todo. Kara trabajaba duro. No le importaba mantener alguna conversación interesante mientras hacía su trabajo, lo cual ayudó bastante a Lena , ya que gracias a eso podía ser atendida frecuentemente por la Presidenta. Kara, no estaba por la labor de frenar un poco el ritmo y eso hizo que Lenase empeñara en no decaer. Después de la primera semana de trabajo, Lena dejó de desear que Kara estuviera muerta, para desear que fuera ella misma quien lo estuviera.

Pero entonces su cuerpo empezó a aceptar esta nueva demanda.

Los martes, jueves y sábados, kara hacía ejercicio en el gimnasio privado de la Casa Blanca durante una hora y media, lo cual Lena encontraba mucho más soportable que correr.

En este aspecto incluso había enseñado a la Presidenta un ejercicio o dos. El domingo era el "día de la familia", y kara"la no perezosa" (Lena subrayó estas palabras, dibujando en su cara una diabólica sonrisa) no hacía ejercicio -oficialmente-. Sin embargo hay que decir que la mujer hacía más deporte ese día que cualquier otro, porque siempre daba el día libre a Emma y le tocaba encargarse a ella sola de Ashley, Chris y Aarón.

Kara incluso dormía hasta las siete y media u ocho los domingos, a no ser que algo importante requiriera su atención. Lo cual había pasado durante cuatro sábados sucesivos. Pero en defensa de kara hay que decir, que se ocupaba de esos asuntos antes de que los niños se levantaran o después de acostarlos.

La escritora había descubierto rápidamente que kara estaba siempre trabajando, incluso cuando no lo estaba. Y cuando lena podía volver a su habitación y caer agotada sobre la
cama, kara seguía ocupada con una serie de reuniones o llamadas que nunca acababan. Muchas noches lena oía desde su cama los pasos de kara retirándose a su habitación...
bastante después de las doce de la noche. Privadamente se preguntaba si alguien podría llevar ese ritmo de vida.

Pero a pesar de lo que ella había decidido llamar "el rollo" había también un montón de momentos placenteros que tenía en su mente y la hacían sonreír con sólo recordarlos. Había conocido a la kara no presidenta, alejada de la Casa Blanca.

Lena tuvo una grata sorpresa cuando viajó con Kara en la comitiva presidencial. La sorpresa no se la produjo la comitiva en sí. Bueno, de acuerdo, admitió para sí misma, es una gran experiencia sentir como el mundo entero gira alrededor de ti. Pero lo que fue incluso mejor, fue la oportunidad de tener unos minutos a solas con kara. Y, aunque no estaba segura, parecía que Kara se sentía igual que ella. La mujer más mayor sonreía abiertamente mientras se dirigían hacia el coche que las esperaba.