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OCTUBRE 2021

Lunes 4 de Octubre

—VEN AQUÍ MALDITO…— Kara se arrastró por el suelo intentando llegar mejor por debajo de la cama y recuperar más cachorritos. —Vuestro tiempo aquí se ha terminado, pequeñas bestias. Ahora iréis a horrorizar otras partes del planeta.

Lena volvió del baño donde había tenido que encerrar a Gremlin y a Princesa antes de que Kara pudiera siquiera acercarse a los perritos. Se tapó los oídos por los ladridos de Gremlin y Princesa.

—Dios, me siento como un secuestrador.

—No pienses en ello como un secuestro, cariño— ofreció Kara. Tumbada boca abajo miró por debajo de la cama maldiciendo mientras se le escapaban los cachorros. Se levantó sobre sus rodillas y miró a Lena.

—Tómalo como si fuera el día de la liberación— Kara gesticuló sobre la cama —Podría pasar mi mano por aquí.

Lena brincó cuando dos perritos empujaron sus narices fuera de su escondite enseñándole los dientes a la Presidenta y gruñendo.

—Será mejor que cuentes tus dedos cuando todo esto acabe, Kara. Porque parece que no quieren marcharse— La escritora se movió cautelosamente y cogió dos de los perritos más dóciles. Estaban casi dormidos a pesar de la conmoción que sus hermanos y hermanas estaban causando.

—¡Oh, seguro, coge los fáciles! Esperaba que empujaras a fuera a los que me están gruñendo — gesticuló hacia los dos que Lena estaba poniendo en una caja. —Yo podía haber hecho eso. Y si me muerden, tendrás que curarme y besar mi herida para que se ponga mejor.

Una sonrisa lasciva recorrió los labios de Lena.

—Haré eso de todas formas, cariño.

Karaenarcó una ceja.

—Tienes una mente muy sucia. Como mi madre. No me extraña que le gustes— Volvió a mirar por debajo de la cama donde los ariscos cachorros se habían refugiado una vez más.

—Míralo de éste modo, Kara. Tengo un no sé qué para las mujeres mayores.

—Tú— Kara se estiró tratando de meterse bajo la cama otra vez—, no podrías aguantar a mi madre. Te mataría— Kara rió imprudentemente, esperando ver qué tipo de respuesta obtenía.

Pero antes de que eso sucediera un perrito mordió su dedo. —¡Auch!, ¡Maldito!— Los perritos de la caja comenzaron a raspar y a gimotear.

—¡Hey!— Los ojos de Lena enfadados.—¡Quietos!— Los perritos instantáneamente se callaron. Se arrodilló en el suelo junto a Kara y comenzó a examinarle cuidadosamente el dedo.

Por favor, que no sangre.

—Estoy bien. Falló— Antes de que Lena pudiera mirarla bien, Kara apartó su mano y extendió sus dedos agitándolos frente a su cara. —Todavía tengo diez, y no tengo nada roto o sangrando— Sonrió cuando Lena soltó el aire pesadamente que retenía en sus pulmones.— Sabes por qué no se quieren marchar ¿no?

—¿Seguro que estás bien? ¿No necesitas un vendaje o algo así?— Lena quería verlo por sí misma, así que capturó el dedo de Kara. Lo estudió cuidadosamente encontrando tan solo un rojo arañazo que ella inmediatamente besó. —Les encanta dormir bajo mi cama porque es agradable y tranquilo.

Una mueca sexy cruzó la cara de Kara.

—Puedo cambiar eso ahora mismo, cariño.

Lena rodó sus ojos y rió, sintiendo un repentino calor en sus mejillas.

SEÑORA PRESIDENTA - SUPERCORP Donde viven las historias. Descúbrelo ahora