30 - Capitulo Final

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Sábado 25 de diciembre

— ¿Lena ?

Silencio.

— ¿Lena? —las voces susurrantes eran más insistentes ahora.

— Largaos —se quejó la escritora poniéndose la almohada sobre la cabeza.

Tres risitas nerviosas se acercaron aún más a Lena con la intención de despertarla totalmente.

— Es hora de levantarte —insistió Aarón— ¡Santa vino!

Lena lloriqueó suavemente y sacó su cabeza de debajo de la almohada con el pelo alborotado. Estaba en la cama de Kara, pero la Presidenta no estaba por ninguna parte.

— Santa vino, tenemos que abrir los regalos. ¡Vamos!.— Christopher agarró una de las manos de Lena y Ashley cogió la otra mientras arrastraban literalmente a la escritora fuera de la cama.

— Vale, vale. Ya voy —Lena rió. Miró el reloj, las 3:30am. Dios, ahora sé por qué estoy cansada. Me acosté hace solo tres horas— ¿Os levantáis siempre en mitad de la noche en Navidad? —preguntó a Aarón mientras tanteaba buscando sus gafas.

— Uh huh. Tan pronto como Santa viene, abrimos los regalos. Ese es el trato —dijo excitadamente, tirando de la camiseta de Lena mientras la mujer se tambaleaba saliendo de la cama bostezando.

— ¿Dónde está vuestra madre? —La voz de Lena todavía estaba ronca por el sueño y pasó sus dedos por debajo de sus gafas para restregarse los ojos.

— Está en el salón. ¡Venga te la enseñaremos!
Lena miró por el rabillo del ojo el cuarto de baño mientras era empujada hacia el salón.

— Aquí está —anunció Ashley, su voz todavía como un susurro.

La habitación estaba a oscuras a excepción de las luces parpadeantes del árbol de Navidad que iluminaban la silueta de Kara. Estaba tumbada en el suelo, frente al árbol, durmiendo. Con la bicicleta nueva de Ashley montada y esperando, la de Christopher a medio montar y la de Aarón aún en la caja. Todavía sostenía una llave en una mano, y el rastro de babas desde su boca hasta la alfombra relucía con cada destello de las luces de Navidad.

Lena se mordió el labio para evitar reírse. Estaba exactamente en el mismo sitio donde había dejado a Kara varias horas antes, con la Presidenta prometiendo que pronto iría a la cama y que no necesitaba ayuda. Que aquello no le llevaría más que unos minutos. “Qué lástima, Kara.
¿Qué voy a hacer contigo?

Christopher se acercó a su madre curioso.

— ¿Cómo es que los duendecitos de Santa no montaron las bicicletas juntas? ¿No es ese su trabajo?

Las cejas de Lena se dispararon hacia arriba, mientras se estrujaba la cabeza para buscar una respuesta convincente. Ashley miró a su hermano impacientemente.

— Eres tan estúpido Chris. El Servicio Secreto probablemente hizo que los duendecillos dejaran los paquetes abajo. Los duendecillos no pudieron montarlas juntas porque en el Polo Norte “montar las bicicletas juntas” significaría que luego no cabrían en el trineo.

Los ojos de Lena se abrieron escuchando la explicación de Ashley. “Con una imaginación como esa, tal vez tengamos otra escritora en la familia”.

— Así es que mamá lo tiene que hacer ahora —continuó Ashley con voz clara.

— Oh —afirmó Chris con la cabeza, encontrando la explicación de su hermana completamente convincente—Por supuesto.

Aarón tiró de la mano de Lena, y ella miró fijamente al pequeño y rubio niño.

— ¿Podemos despertarla? ¡Es Navidad!
Lena sonrió.

SEÑORA PRESIDENTA - SUPERCORP Donde viven las historias. Descúbrelo ahora