27

2.3K 191 9
                                    

Martes 9 de noviembre

— Hemos terminado por hoy ¿verdad? —dijo Kara levantándose ansiosamente del sofá.

— Claro —respondió  Lena despacio— Si eso quieres —Dejó su libro de notas sobre la mesilla de café, un poco extrañada que Kara quisiera terminar su entrevista tan pronto. Ésta había sido retrasada toda la semana. "Otra vez, es como si no llegáramos a ninguna parte".

Habían sido treinta minutos de pura frustración, con Lena apalancada con cada palabra de la normalmente habladora compañera. Kara había estado nerviosa e ida, buscando con la mirada el antiguo reloj de su abuelo a cada minuto, que había sido un añadido en la habitación de Lena en Octubre. El súbito cansancio de Kara dejó confusa a Lena.

La pelinegra se quitó sus gafas y comenzó a guardar sus auriculares.

— ¿Es que tienes una cita caliente ésta noche o algo así? —preguntó a modo de broma. Pero sus palabras fueron lanzadas con enfado e inseguridad.

— No. No —La Presidenta agitó su mano despreocupadamente— No tengo nada — Gimió Kara para sí misma. "Mierda. ¿Eso sonó convincente?".

Cuando llevaban cinco minutos trabajando, cuando Kara estaba pensando en lo mucho que quería a Lena y lo mucho que le gustaría casarse con ella, de repente se acordó que tenía una cita con el joyero para elegir un anillo de compromiso. Desde entonces había estado nerviosa, desde entonces había estado pensando en cómo hacer una rápida escapada en medio de su conversación sin levantar las sospechas de Lena. "Dios, estoy perdida sin Liza y Jane para controlar mi agenda".

El joyero había preguntado también por el tipo de anillo y el tamaño de la mano de Lena, dejando bien claro que ésta información era vital si Kara quería elegir la pieza adecuada de joyería. Personalmente Kara pensaba que aquello era un montón de basura, pero en lo concerniente a la felicidad de Lena, no iba a correr riesgos.

— No hay nada —volvió a repetir cuando parecía que Lena esperaba por una respuesta más convincente. Se acercó para coger la mano de Lena siendo ésta súbitamente rechazada.

— Ya veo —Lena saltó sobre sus pies, detectando inmediatamente la mentira de Kara. Cogió su libro de notas mientras caminaba hacia su escritorio y se sentaba muy despacio detrás de él. El reloj sonó siete veces y Lena se preguntó si Kara estaría hambrienta. Lena habló de espaldas a Kara a la vez que depositaba sus gafas cuidadosamente junto a su ordenador— ¿Te gustaría que cenáramos juntas? Estoy segura de que los niños ya han comido.

Arrrhhhh. — No tengo hambre.

— Bueno —El propio apetito de Lena desapareció. "Deja de comportarte como una cría. Ella no tiene que pasar cada tarde contigo. A lo mejor solo necesita un poco de tiempo para ella misma". Mantuvo conscientemente su voz suave— Te veré mañana entonces.

Kara se puso de pie y en un segundo se situó junto a Lena.

— ¿Qué tal un tentempié un poco más tarde? Estoy segura de que tendré hambre dentro de… digamos….dos horas.

— ¿Estás bien, Kara? —dijo Lena mirándola a la cara— Esta noche no pareces tú misma.

— Estoy bien —kara sonó algo más brusca de lo que pretendía. Soltó un suspiro y volvió a mirar al viejo reloj— No tengo hambre, eso es todo —Y era verdad. Kara ni siquiera podía pensar en comida ahora. Casualmente volvió a intentar cogerla de la mano, solo para serle denegada otra vez. Kara lo intentó otra vez.

— ¿Pero qué te pasa? Y no te atrevas a decirme que nada —Una ceja bien delineada se alzó — Estás actuando ansiosamente. Y ¿por qué no paras de intentar agarrarme la mano?

SEÑORA PRESIDENTA - SUPERCORP Donde viven las historias. Descúbrelo ahora