ℭ𝔞𝔭𝔦́𝔱𝔲𝔩𝔬 20

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El ángulo.

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Angeline.

Camino dentro de uno de los mercados de Grecia. Las cosas que venden son para turistas y quiero comprarme la mayoría, como las pañoletas, pulseras y adornos para el cabello. Me molesta no traer dinero, como ahora, ya que todo es tentación para mi y a veces soy compradora compulsiva.

—¿Puedes dejar de pararte en cada puesto? —Efraín se queja a mi espalda.

Estamos en Atenas. Hemos venido a espiar a Vladimir, pero ahora tenemos que ser más sigilosos porque ya nos conoce, en especial a mi. Traigo una peluca rubia, una pañoleta en la cabeza y unos lentes de sol, ademas de que tuve que meterme en lugares como estos que están infestados de personas.

—Es para entrar más en la actuación.

Me paro frente a un puesto y tomo unos lentes de sol con detalles morados.

—¡Mira que bonitos! —Exclamo y me los coloco para mirarme en uno de los espejos.

—Están lindos —dice irritado.

Los dejo en su lugar por qué no tengo efectivo y sigo mi camino haciendo un puchero.

Llegamos a una zona donde hay pequeños restaurantes, nos metemos a uno que tiene mesas afuera y pedimos bebidas.

—¿Y ahora que? —pregunta.

—Solo tenemos que esperar a que Vladimir salga —le explico.

Sentarnos aquí ha sido parte del plan. Vasiliás se encuentra en el edificio que está a unos metros de nosotros, tenemos que avisarle a Aedion y Raymond cuando salga y ellos harán lo demás. Yo no puedo acercarme tanto porque seguro va a reconocerme, así que el secuestro lo harán los demás.

—No, me refiero a que qué ocurre contigo —frunzo el ceño.

—¿A qué te refieres?

—Has estado rara estos últimos días —explica—. No actúas como la misma de siempre, te siento forzada.

Es increíble que Efraín lo note, nadie lo había hecho. «O solo estás siendo demasiado obvia»

—No me he sentido como la misma —confieso—, tengo problemas.

Cinco días han pasado desde aquel día en la playa y mi situación no parece mejorar. Traté de echarle la culpa a las hormonas, ya que al día siguiente me vino la regla pero ni yo misma me la creí.

—¿Que pasa? —pregunta—, ¿O vas a decirme que no me tienes confianza?

Tal vez sea eso; Necesito sacar lo que tengo en el pecho y que me den un consejo. No tengo con quien desahogarme, antes lo hacia con André pero es claro que ya no puedo hacerlo.

LETAL . #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora