ℭ𝔞𝔭𝔦́𝔱𝔲𝔩𝔬 25

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Enemies.

𓏲 ˖ . ˖ ࣪⭑ ˖ ٬ ุ๋

Angeline.

El avión aterrizó en Alemania hace 1 hora. Todo esta mal. André y yo apenas y nos hablamos, Aedion ha estado encerrado en su oficina desde que llegamos y no ha dejado de mandarme mensajes sobre que André tiene que irse. Pero la cereza del pastel ha sido que Andrea también se ha quedado aquí, no pudo rentar un puto cuarto de hotel porque "ya era demasiado tarde" y según ella no quería darle molestia a los demás yéndose con ellos.

Dejo mi laptop a un lado y volteo a mirar a André; esta dormido y demasiado enojado conmigo, nunca lo había visto ponerse así.

Vasiliás también ha venido con nosotros pero hay algo que no me cuadra bien y es que Aedion no lo ha entregado y tampoco ha mencionada nada al presidente, no se la razón pero se qué hay un plan detrás de esto, lo presiento.

Me levanto y salgo al pasillo para luego bajar por algo de comer. No he descansado y el motivo es porque no he dejado de pensar en Kiyoshi y en su siguiente jugada. La idea de perder a mi familia por culpa mía me está carcomiendo la cabeza, y no voy a negar que tengo miedo. Es aterrador y seguramente será difícil cazar al Yakuza más importante, pero no es imposible, solo tengo que ser más rápida.

—Creí que ya estarías dormida —una voz a mi espalda me hace brincar.

Me apoyo en la barra de la cocina y miro a Aedion; va sin camiseta y solo con el pantalón puesto. Mi mirada recorre su abdomen marcado y lleno de tatuajes.

—Yo creí lo mismo de ti —le digo una vez que mi mirada se posa en su cara.

—¿Entonces por no me respondes los mensajes? —se acerca al refrigerador que tengo a un lado y saca una jarra de jugo.

—No tengo mi celular a la mano —me excuso.

—Te dije que tenía que irse en cuanto llegáramos.

—Es de madrugada, Aedion.

—¿Y que? ¿Le da miedo irse caminando al puto aeropuerto? —lo miro mal.

—Mañana por la tarde se irá —el también me pone mala cara.

—¿Es que acaso tiene que estar detrás de ti como un perro?

—Es un buen chico —lo defiendo, o al menos trato de hacerlo. Pelear con Aedion es como pelear con la pared.

—Es un inútil y lo sabes —se lleva el vaso a la boca sin mirarme—. Por eso tienes que estarlo defendiendo, sin ti no es nada.

—Eso no es verdad —suspiro—. Acaba de llegar y vino por una razón.

—Si, para estorbar nada más.

Ya no digo más, es su casa y al parecer nunca va a cambiar de opinión una vez que decide tomar una. Se termina el jugo y no dice otra cosa, tampoco me mira, solo sale y me deja a solas en la cocina.

LETAL . #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora