ℭ𝔞𝔭𝔦́𝔱𝔲𝔩𝔬 29

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Rabia.

𓏲      ˖        .     ˖ ࣪⭑      ˖ ٬     ุ๋

Aedion.

Durante todo lo que restó de la noche no dormí.

Sentía que me faltaba el aire, no me encontraba centrado y la primera cosa que hice fue huir de ahí. Eran las cinco de la madrugada cuando termine sobre los pechos de una stripper. Tenía que sacármela de la cabeza o las cosas iban a empeorar...Y justo como temía, si empeoraron.

Cuando dieron las ocho de la mañana terminé sobre la boca de una turista francesa.

Y sin embargo no me ayudó a nada.

Me siento como un verdadero pendejo por dejar que algo tan patético me afectase. Pero ¿por que siempre tiene que estar presente para todo? ni coger con otras puedo porque en todo puto momento la tengo dentro de mi cabeza. Estoy pensando que hasta quizá me hizo una clase de amarre. Nunca me había pasado algo parecido. «Debí mantener distancia como todos estos años»

—Te ves mal —dice Lucian, doblando ropa de una canasta.

Llegue a su habitación hace no se cuanto tiempo, no recuerdo ni siquiera como fue que terminé aquí.

—La cabeza me está matando.

Cubro con mi brazo mis ojos de la luz que entra por la estúpida ventana y respiro hondo para no explotar.

—¿Hablaremos sobre lo que ocurre? —pregunta.

—No ocurre nada.

—Pocas veces te he visto así. Mejor suelta la sopa.

«Solo te dolería si estuvieses enamorada o algo por el estilo» «¿Y si lo estuviera? » se me forma un hueco en el estomago.

Me pongo de pie y camino hacia el tocador. Tomo la botella de whisky y le doy un sorbo grande.

—Deja de beber, tienes que hacer cosas hoy.

—Arregla mis asuntos, hoy no quiero ver a nadie.

—Dime que pasa o no sabré como ayudarte.

A mi mente llega su sonrisa y sus ojos de corderito. «Carajo»

—Aedion...

—¡Es ella, carajo! —estallo y azoto la botella contra el piso.

Los pedazos de vidrio salen disparados pero Lucian ni se inmuta, solo me observa seriamente.

—A ella te refieres a...

—Angeline —lo interrumpo—. La chica que desde siempre me dijeron que tenia que odiar, la chica loca a la estoy usando...la chica que se supone tenía que matar pero que solo puedo proteger —no dice nada—. Creo que se está...enamorando —trago grueso y me paseo de un lado a otro.

—¿Eso te tiene así? —recuerdo como cambió su semblante al escuchar mis palabras y le doy un golpe a la pared—. ¡Ey! basta, tienes que controlarte.

—¿Qué me controle? —lo miro mal.

—Estás actuando como un puto loco —me regaña y me dan ganas de molerlo a golpes—. ¿Cómo sabes que está enamorándose?.

LETAL . #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora